Es el lugar donde se reúnen las edificaciones que permiten conocer parte de nuestro pasado. No es sólo un sector donde están las construcciones más importantes, como la Catedral y la Casa de Gobierno. En el casco histórico también hay pequeñas joyas que hablan por sí solas. Luego del trágico derrumbe del ex cine Parravicini, los propietarios de algunos de esos inmuebles comenzaron a pedir permisos de demoliciones por el abandono o por el riesgo. Eso les preocupa a quienes integran la Comisión de Patrimonio Cultural. La opinión surge luego de que LA GACETA publicara ayer una nota sobre la inminente demolición parcial del edificio del Buen Pastor, que pertenece a la Iglesia.
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En la ochava noreste de Mendoza y Virgen de La Merced, los mazazos se escuchan desde la vereda de enfrente. Los taxistas apostados en esa esquina dicen que están acostumbrados a los ruidos, que nacen del interior de una vieja casona que lleva años abandonada. “Lo están demoliendo. Empezaron hace tres meses. Ya sacaron como 50 camiones de escombros. También van a voltear la casa de enfrente. Los dos son del mismo dueño. Una pena; tienen lindas fachadas”, comentó Jorge Hoppe, uno de los trabajadores. Luego añadió que alguien les dijo que allí harán guarderías.
En casos como esas dos propiedades privadas, cuyos dueños obtuvieron el permiso de demolición por parte de Catastro Municipal, la Comisión de Patrimonio sabe que no puede intervenir. Y, por ese motivo le urge tomar medidas no resueltas en la ley de patrimonio y organizar reuniones con personas involucradas en preservar el casco histórico. “Hay que ajustar ordenanzas municipales y la ley provincial, porque si seguimos con las demoliciones en el casco histórico perderemos la ciudad histórica. A nadie le interesa venir a Tucumán para ver Puerto Madero”, opinó Mercedes Aguirre, directora de Patrimonio de la Provincia e integrante de la Comisión.
Aguirre resaltó que el casco histórico va mucho más allá de las cuatro avenidas: “el parque Avellaneda y los edificios sobre la Mate de Luna me afligen. Allí están tapiando el paisaje cultural. Sucede que estos últimos 10 años se avanzó en la construcción de edificios de altura”. Además dijo que hay que generar una norma de emergencia de protección, ya que tras el Parravicini y la demolición del ex Banco Francés “quedó demostrado que no tenemos conciencia de preservación”.
Tanto en las redes como en el ámbito académico se comparte con preocupación diferentes fotos de las viejas casonas de la ciudad próximas a demolerse. Eso le pasó al arquitecto Juan Logusso, jefe de Trabajos Prácticos en la cátedra de Historia de la Arquitectura II de la FAU/UNT, cuando notó el inicio de la demolición de los edificios ubicados en Virgen de La Merced y Mendoza. Por ello, opinó que hay que evitar el avance indiscriminado de la especulación inmobiliaria.
“Vamos a ir perdiendo áreas con valores históricos, patrimoniales, paisajísticos ambientales. Hay que apresurarse en mejorar o reformar las normativas existentes y proteger áreas de la ciudad, con una visión mas integral. Porque en la ciudad, estos edificios antiguos ni siquiera se están sustituyendo con inmuebles de calidad”, opinó.