En el día de hoy podría resolverse una nueva edición de un clásico que nunca se fue pero que siempre vuelve a escena: las internas dentro del oficialismo de Tucumán. Y es que el Gobierno provincial deberá decidir si avanza efectivamente a una reapertura de actividades en el marco de la pandemia, o si por el contrario, decide continuar con las restricciones tal cual existen ahora a pesar de la terrible crisis económica.
En ese marco, un sector del oficialismo identificado con el COE, pretende no sólo habilitar más actividades, sino que hasta pretende flexibilizar algunas de las restricciones más perjudiciales para la actividad económica de la provincia. Es por ello que hasta podría permitirse que los locales de los bares y restaurantes reciban clientes en su interior, como sucedía antes de que estallaran los contagios en Tucumán.
Sin embargo, desde otro sector del oficialismo más identificado con el Siprosa, pretenden que las restricciones se mantengan como están. Incluso, tal y como lo adelantó Tucumán Despierta, la idea es que se produzcan las fiestas de Navidad y de Año Nuevo con distanciamiento social, algo absolutamente imposible de cumplir e inviable a la hora de controlar que se cumpla por parte del Estado provincial.
Y es que queda al descubierto, una vez más, la inoperancia de algunos funcionarios a la hora de manejar la pandemia. Durante el transcurso de más de siete meses, el gobierno local jamás pudo realizar las tareas preventivas de control eficaz que debió implementar. Es por ello que ahora desde un sector del oficialismo se clama por evitar que más flexibilizaciones de produzcan luego de que lograran bajar los contagios diarios.
Para ello, recurren al golpe bajo que significa utilizar la figura de los médicos y enfermeras se encuentran saturados física, psicológica y emocionalmente. Desde el Siprosa piden solidaridad y conciencia acerca de que un promedio de 600 contagios diarios sigue siendo un número elevado de infectados. Incluso, se recordó que la disparada de casos se produjo luego de que se habilitaran determinadas actividades.
Y si de internas hablamos, será brava la que tendrá que enfrentar el gobierno provincial con los dirigentes gremiales del sindicato del comercio. Y es que la idea es que se vuelva a implementar un horario cortado, como clásicamente tuvo lugar en nuestra provincia. El gremio de este sector tiene relaciones carnales en lo que hace al manejo con el propio gobierno de Manzur. ¿Pondrán el grito en el cielo cuando el oficialismo confirme la vuelta al horario cortado?
Lo que está claro es que se avecina el mes de diciembre y se tratará de la última oportunidad de lograr tomar un poco de aire por parte de muchos locales comerciales. En ese marco, será claves las ventas que puedan producirse, pero para ello, es necesario que la gente pueda circular en un horario más flexible. De este modo, las internas hacia el interior del oficialismo levantan temperatura a medida que se acerca el mes que más preocupa a los políticos.