La idea aparentemente era robarse las encomiendas que permanecen almacenadas en el lugar a la espera de la entrega a sus destinatarios.
Los allanadores, todos menores de edad, fueron descubiertos por personal policial que realizaba recorridos preventivos por la avenida San Martín.
Alertados por los ruidos que provenían del local, los uniformados sorprendieron a los ladrones, quienes trataron de escapar corriendo. Se dirigieron al barrio La Merced, donde se separaron en parejas, entrando dos de ellos a una casa mientras los otros seguían la huida.
Estos últimos fueron interceptados y reducidos por los policías, quienes luego se dirigieron a la vivienda donde se habían ocultado los primeros. Allí los atendió la madre de uno de los fugitivos, quien enterada de lo ocurrido entregó a su hijo y al cómplice a la autoridad policial.
Con los malvivientes detenidos, la Policía inspeccionó el lugar, descubriendo cuatro bolsas tipo arpilleras repletas de objetos de toda clase. Las mismas estaban en una obra en construcción contigua al Correo, listas para ser trasladadas por los precoces ladrones.