Desde las principales cámaras del sector aseguran que no convalidarán subas excesivas en las listas de precios y remarcan que no son formadores de precios.
En medio de la presión inflacionaria y los nuevos movimientos del esquema cambiario, los supermercados argentinos salieron a marcar su postura: no aceptarán aumentos desmedidos en los precios que les imponen los proveedores. Así lo ratificaron las entidades que agrupan a las principales cadenas del país, mientras intentan evitar que esas subas se trasladen directamente a las góndolas.
“Todos estamos de acuerdo en no convalidar las listas de precios con aumentos desmedidos. Nuestra responsabilidad es cuidar el bolsillo del cliente”, sostuvo Ricardo Zorzón, presidente de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), en declaraciones a TN. El empresario reiteró que los supermercados no son responsables de la formación de precios, sino que reciben listas ya definidas por la industria.
En los primeros días de abril, los proveedores enviaron listas con incrementos que, en algunos casos, llegaron al 12%. Desde FASA informaron que varios comercios se niegan a aplicar esas subas, sobre todo tras un marzo en el que los precios de los alimentos aumentaron un 5,9%, por encima del índice general de inflación, que fue del 3,7%. Además, el consumo en supermercados y autoservicios cayó un 5,4% interanual, según un relevamiento de la consultora Scentia.
Zorzón aseguró que el comportamiento de los consumidores también cambió: “Hoy la gente compra en el negocio que más le conviene”. Y agregó: “Tenemos que trasladar los precios que nos trae la industria, pero el que hace un aumento desmedido no lo convalidamos”.
Rechazo conjunto de las cámaras del sector
Desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), su presidente, Víctor Palpacelli, confirmó que están en plena etapa de negociación con las empresas proveedoras. “Estamos en diálogo con la industria para ver qué posibilidades hay de modificar esas listas y revertir las comunicaciones con subas que consideramos apresuradas”, explicó.
El miércoles, los supermercadistas rechazaron oficialmente las listas con aumentos de hasta el 12%. La medida busca contener el traslado inmediato de esos incrementos a los precios finales, en un contexto de fuerte tensión con las empresas alimenticias.
Por su parte, la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) también emitió un comunicado donde afirmó: “Nuestro firme propósito es no aceptar listas de nuestros proveedores que contengan aumentos desmedidos y/o especulativos”.
La inflación en alimentos sigue en alza
El último informe de la consultora LCG indicó que, en la tercera semana de abril, los precios de los alimentos y bebidas subieron un 0,8%. En lo que va del mes, la inflación acumulada en ese rubro asciende al 2,5%.
Entre los productos con mayores aumentos se encuentran el azúcar, miel, dulces y cacao (3,5%), aceites (3%), carnes (2,5%) y frutas (2,3%). Además, el promedio de las últimas cuatro semanas muestra subas del 8,1% en carnes, 5% en condimentos y otros productos alimenticios, y 4,6% en lácteos.
En este escenario, los supermercadistas buscan evitar ser el eslabón visible del incremento de precios. Y, con el consumo en baja, refuerzan su estrategia de negociación para que la presión inflacionaria no se traslade, una vez más, directamente al bolsillo del consumidor.