“Argentina es un mercado complejo”, dijo un incómodo Larry Fink al ser consultado por su posición del país. El CEO de Blackrock, uno de los principales acreedores del país que entró en la reestructuración de deuda impulsada por Martín Guzmán, añadió: “Vemos mucha volatilidad en Argentina”.
Fink participó en un mano a mano con la directora de banca internacional del Grupo Santander, Ana Botín, en una conferencia online organizada por la entidad. “Cada uno de los gobiernos de Argentina tiene grandes ambiciones, pero el problema para los inversores internacionales es la volatilidad que hay entre uno y otro. Pasará tiempo, mucho tiempo para que las inversiones privadas vuelvan a Argentina“, aseguró.
Para Fink el principal escollo para la llegada de inversión extranjera al país es la falta de confianza: “Espero que el Gobierno logre construir esa confianza de nuevo. Nosotros invertimos fondos de retiro, tenemos que estar seguros de que nuestro dinero no va a sufrir. Ahora mismo, no tenemos esa confianza”, dijo.
En cambio, el director del fondo afirmó que ve otras buenas oportunidades de inversión en países de la región, como México, Brasil o Chile. “México es una de las grandes oportunidades, Brasil tiene grandes subas y bajas, pero está mostrando menos volatilidad. Y la consistencia de Chile la hace un gran lugar”.
En este punto, coincidió con la banquera española, que aseguró que el mercado latinoamericano representa para su negocio: “Una gran oportunidad de crecimiento. Tiene mucho atractivo para la banca que reside en la gran cantidad personas que aún no están bancarizadas y hay muchas oportunidades para la banca digital”, resaltó Botín.
