La próxima semana sería convulsionada en algunas escuelas públicas de la Ciudad de Buenos. Hoy por la tarde, el centro de estudiantes del Mariano Acosta de Balvanera definió una toma del colegio, que ya se puso en marcha. La medida podría extenderse a otras veinte escuelas porteñas.
En las últimas semanas, entre las escuelas públicas de CABA comenzó a circular un documento en el que se expresan las razones para ir hacia una protesta que incluya tomas masivas de establecimientos durante la próxima semana.
“El objetivo es visibilizar las problemáticas que venimos teniendo y a la vez el modelo de educación que queremos nosotrxs”, comienza el documento que señala cuatro razones principales para la medida de fuerza:
El lunes habría asambleas en varias escuelas y allí se votaría por adherir o no a la toma de colegios que inició hoy el Mariano Acosta. También en el mismo documento aconsejan contar con el apoyo de los padres, tomar medidas de higiene y seguridad, y sacar fotos del antes y el después de la toma para demostrar que no vandalizaron el establecimiento.
Al tanto de esta situación, en las últimas horas el Ministerio de Educación que conduce Soledad Acuña envió una carta a todas las familias en la que les recuerdan que están vigentes las “Pautas para la convivencia escolar” que se aprobaron en 2018. “Una toma impide el normal dictado de clases, la realización de las actividades previstas y el ejercicio del derecho a la educación. El rol de las familias es imprescindible para continuar garantizando el derecho a la educación. Su compromiso y participación son fundamentales”, expresa el comunicado.
Tras conocerse la toma en el Mariano Moreno, la ministra Acuña señaló en su cuenta de Twitter: “El populismo lo único que busca es hacer daño. Baja línea dentro de las aulas, impone su ideología e incentiva conductas violentas como la toma de escuelas. Los alumnos no tienen que ser rehenes dentro del juego político. Debemos garantizarles el derecho a educarse”.
El “protocolo anti toma de colegios” que diseñó el gobierno porteño transfiere la responsabilidad de las tomas a las familias de los alumnos. En caso de que los alumnos ocupen una la escuela, los directores deben citar a los padres para que retiren a sus hijos de las instituciones. Si la familia está de acuerdo con la medida, debe hacerse cargo de los gastos que se desprendan por daños en los establecimientos.
Ante el llamado de las autoridades por una ocupación, los padres deben pasarlos a buscar o bien autorizar la toma con las posibles multas que ello conlleva. La decisión consta en un acta que cuando se presente un caso de vandalismo llega a la Procuración General -previo paso por el ministerio- que dispone multas económicas de acuerdo a los daños.
Cuando hay una toma, quedan sin vigencia las autorizaciones que se emiten a principio de año para que los chicos se puedan retirar por su cuenta de la institución.