A la 1.20 de la madrugada del sábado, el sereno del Cementerio del Norte llamó para pedir ayuda, luego de haber notado movimientos no habituales durante su turno. Advertidos de la novedad personal de la Patrulla de Protección Ciudadana (PPC) de la capital sorprendió y redujo a un ladrón que se dedicaba a saquear tumbas.
El operativo estuvo a cargo de varios móviles de la PPC, que se ubicaron en el perímetro del camposanto, para evitar una posible fuga, mientras un grupo de agentes se internaba en el predio para tratar de dar con el profanador
A poco andar dieron con el delincuente, que habría ingresado sorteando una de las paredes perimetrales con una bolsa en sus manos, para no ser visto por el cuidador. Los uniformados procedieron a detenerlo y descubrieron que cargaba con numerosas placas arrancadas de las tumbas y mausoleos.
El ladrón demorado fue transportado a la Comisaría 10°, “donde el sereno del Cementerio radicó la denuncia para darle continuidad a la causa.
Hace cosa de un mes, a comienzos de marzo, policías de la Dirección General de Prevención Ciudadana aprehendieron a un sujeto de 32 años, autor del robo de 14 placas y tres marcos de fotografía que adornaban otras tantas tumbas.
La División Patrulleros que se encontraba realizando recorridos preventivos advirtió en avenida Juan B. Justo y calle San Salvador el andar de un joven que portaba una bolsa de gran tamaño por lo que le solicitaron que mostrara lo que había en su interior.
Se encontraron varias placas de cementerio, por lo que procedieron a aprehender al delincuente y trasladarlo a la comisaría 10° de la Unidad Regional Capital.
El descanso en paz no es la constante en los cementerios de Tucumán, ya que son habituales los ataques vandálicos a los mausoleos de la provincia. Desde rupturas y ultrajaciones hasta robos, los vándalos profanan las construcciones internas de las necrópolis.
Entre los objetos más buscados por los ladrones se cuentan las ornamentaciones metálicas como placas y adornos, que son arrancados de cualquier pared o lápida sin el menor reparo.
Según declaró el subcomisario Miguel Amaya años atrás, “estas placas tienen un alto valor económico en el mercado negro, son comercializadas en corralones ya que en su mayoría son de bronce”.
Pero lo más sorprendente es el ataque desvergonzado y la profanación de los ataúdes que se encuentran dentro de las estructuras de los cementerios, a los que los delincuentes acceden para comprobar si los cadáveres cuentan con pertenencias valiosas.
