La crisis del sistema sanitario se hace sentir mucho antes de que el virus haya llegado a su pico de contagio en la completa falta insumos básicos como alcohol en gel, barbijos, delantales descartables, guantes y en falta de médicos y enfermeros para cubrir las necesidades actuales en medio de los crecientes casos de dengue y coronavirus.
Desde el Hospital Centro de Salud y el Hospital del Niño Jesús, los trabajadores de la salud vienen realizando asambleas y protestas parar reclamar que se garanticen las condiciones más elementales de trabajo. En el día de ayer circuló la foto de los médicos fabricando sus propias protecciones con placas de rayos x.
Mientras que la política sanitaria nacional combina una completa falta de inversión en infraestructuras y test masivos para localizar los focos con el aislamiento forzoso de toda la población sin ninguna contemplación hacia los millones de trabajadores que quedarán desempleados o suspendidos y sin salarios, la presencia de las fuerzas represivas en las calles se combina con amenazas a los trabajadores que realizan asambleas y movilizaciones de protesta.
Hay una enorme solidaridad con los trabajadores de la salud que se expresa en los aplauzasos que recorren todo el país. Es necesario convertir esa solidaridad en un apoyo activo: la universidad puede jugar un gran rol ayudando desde los laboratorios de la UNT. En vez de paralizar la industria textil, como sucede hoy en TN&Platex, es necesario reconvertirla para producir barbijos e insumos para los hospitales. Solo el molino de Emilio Luque, produce el doble de consumo de fideos de las familias de Tucumán. La producción alimenticia de la provincia debe ser declarada de primera necesidad y su producción debe apuntar a proveer en forma gratuita a los comedores escolares. No alcanza con los 10 mil litros de alcohol que ofreció en “donación” el empresario Rocchia Ferro. Su ingenio produce 120 millones de litros y de conjunto los ingenios de Tucumán producen más de 300 millones de litros de alcohol por año que podrían ser distribuidos nacionalmente a hospitales y a las familias de todo el país.
Es hora de que los sindicatos y centros de estudiantes se pongan a la cabeza de la organización de los estudiantes y trabajadores de sectores estratégicos para enfrentar las nefastas consecuencias que tendrá la pandemia y la paralización de la producción.
En los hospitales las asambleas de trabajadores pueden poner en pie comisiones de higiene y salubridad, que tome en sus manos la tarea de hacer un relevamiento de los insumos necesarios en cada hospital y exponer ante la población de la provincia el verdadero estado en que se encuentra el sistema de salud y que coordine con otros sectores una gran campaña de solidaridad activa.