Al menos 35 personas murieron y otras 48 resultaron heridas en una estampida en Irán durante el tercer día consecutivo del funeral del general Qasem Soleimani, asesinado por Estados Unidos en Irak.
El director de la Organización de Emergencias, Pir Hosein Kolivand, explicó a la televisión estatal que la tragedia se debió a que la gran cantidad de personas sobrepasó la capacidad del lugar para despedir al jefe de la fuerza de élite Al Quds. “Desgraciadamente, un grupo murió”, lamentó el funcionario.
Una enorme multitud se reunió este martes en Kerman, la ciudad natal del general, donde va a ser enterrado. Los manifestantes reclamaron venganza y “muerte a Estados Unidos” por el asesinato.
El centro de esta ciudad situada en el sureste de Irán era una marea negra de gente, similar a las que vivieron el domingo y lunes en Teherán y otras ciudades donde los féretros del general y de sus compañeros de armas muertos con él recibieron un baño de masas.
Jefe de la Fuerza Quds, unidad de élite encargada de las operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución (el ejército ideológico iraní), Soleimani fue el arquitecto de la estrategia de Irán en Oriente Medio. El viernes fue blanco de un ataque con dron estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad.
En Kermán el general de división Hosein Salami, comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, arengó a la masa congregada: “El proceso de expulsión de Estados Unidos de la región ya empezó”, aseguró.
“Nuestra voluntad es firme. Decimos a nuestros enemigos que nos vengaremos y que si (atacan de nuevo) incendiaremos lo que aman”, dijo. “Ellos (Estados Unidos) saben bien de qué objetivos hablo”.
“El mártir Qasem Soleimani es más poderoso y vivo ahora que está muerto” y “más peligroso para el enemigo”, aseguró el jefe de los Guardianes ante el féretro del oficial y de su brazo derecho, el general de brigada Hosein Purjafari, expuestos entre coronas de flores en la plaza Azadi (Libertad en persa) de Kerman.
Terroristas
En medio de los funerales, el parlamento iraní votó este martes una ley que considera “terroristas” a todas las Fuerzas Armadas de Estados Unidos tras el asesinato de Soleimán.
Los diputados votaron una enmienda a una ley reciente que declaraba “terroristas” a las fuerzas estadounidenses desplegadas desde el Cuerno de África hasta Asia Central pasando por Oriente Medio.
La nueva ley extiende la denominación de “terrorista” al Pentágono, a todas las Fuerzas Armadas estadounidenses y a cualquier persona implicada en el asesinato del general Soleimani.
“Cualquier ayuda a estas fuerzas, incluidas las militares, de inteligencia, financieras, técnicas, de servicio o logísticas, se considerará como cooperación en un acto terrorista”, establece la enmienda aprobada por el parlamento.
El alcance de esta enmienda, votada el día en que los iraníes entierran a Soleimani en su ciudad natal de Kerman (sureste de Irán), es antes que nada simbólica.
La primera versión de la ley fue adoptada en abril de 2019 y declaraba que Irán “considera al régimen de Estados Unidos como un estado padrino del terrorismo”.