El prolijo e intenso trabajo de la Unidad Fiscal de Delitos Flagrantes I, que conduce Carlos Picón, permitió llegar al juicio y conseguir la sentencia contra el “Mono” Gómez. Falta el juicio para la imputación de la pena, el que se realizará una vez que se resuelva la impugnación al fallo que presentó la defensa
En un juicio que duró cuatro jornadas, y que terminó ayer, 22 de marzo, la Unidad Fiscal de Delitos Flagrantes I, a cargo del fiscal Carlos Picón, consiguió que el tribunal condene a un conocido y violento arrebatador, Julio Augusto “Mono” Gómez, por un hecho ocurrido el 1 de setiembre de 2020, justo el día en que se puso en vigencia el nuevo Código Procesal Penal. Se espera ahora, el juicio para la imposición de la pena, una vez que se resuelva la impugnación a la sentencia, presentada por la defensa del condenado.
Ese 1 de setiembre del año pasado, la víctima F.A.N. se encontraba con su moto vehículo en la puerta de la casa de su cuñado, en Pueyrredón al 1.300 de nuestra ciudad. En esa circunstancia, fue abordado por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta de 250 cc. El que venía de acompañante descendió, encañonó a la víctima y fugó en la moto de éste. Su cómplice, conductor del vehículo en el que llegaron y que esperó para garantizar el robo, terminó siendo el “Mono” Gómez.
Tras robo, la víctima y su pariente salieron en un automóvil, tras del delincuente, quien dejó abandonado el rodado a varias cuadras y pudo se recuperado por F.A.N., mientras Gómez se dio a la fuga.
Persecución y detención
Efectivos del 911, anoticiados del hecho y con la descripción de los delincuentes, ubicaron a Gómez en avenida Colón hacia el sur, donde comenzó una persecución que se extendió por espacio de 30 minutos y terminó con el ladrón detenido en San Cayetano en la zona del Mercofrut. Previamente, en avenida Roca y 9 de Julio, Gómez efectuó disparos contra los agentes que iban tras él.
Una vez aprehendido fue conducido a la comisaría seccional cuarta junto al arma y motocicleta secuestradas.
Contundencia investigativa
Consultado el Titular de la UFI de Delitos Flagrantes I, Dr. Carlos Picón, describió que las pruebas incriminatorias colectadas durante la investigación hablaron por sí, más allá de lo que las partes hayan dicho en sus alegatos. Admitió que la víctima no quería participar del juicio por temor a que el imputado o su familia tomaran represalias. Fundó esa actitud en el hecho que, unos meses antes de Navidad le habían dicho, desde un taxi, que “ya iba a recibir un regalito”, promesa que se cumplió a fines del mes de Diciembre del año pasado, cuando le arrojaron en la puerta de su casa, un lechón muerto. “Se trataba de un mensaje netamente intimidatorio y mafioso”, admitió Picón.
“Tanto las testimoniales, el acta de procedimiento, aprehensión y secuestro, como el dermotest, los secuestros, las pruebas instrumentales, pericia e informe balístico, entre otras, fueron contundentes. Incriminaban directamente al “Mono” Gómez con el hecho objeto de juicio”, dijo el Fiscal Picón.
Delincuentes, a la cárcel
Por último, el fiscal admitió: “Desde el Ministerio Fiscal vamos a hacer todo aquello que se encuentre a nuestro alcance para que los delincuentes estén donde deben estar, en la Unidad Penitenciaria de Villa Urquiza”.
Julio Augusto “El Mono” Gómez, fue condenado por los delitos de robo agravado por la utilización de un arma de fuego operativa, consumado en calidad de coautor y resistencia a la autoridad, agravada por el uso de arma de fuego en concurso real. Su defensa, en la persona de Cergio Morfil, presentó una impugnación que debe ser resuelta, precisamente, por el Tribunal de Impugnación.