Varios países de la región están en alerta ante la posibilidad de una nueva migración masiva de venezolanos. Las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales, las protestas impulsadas por la oposición y la represión del chavismo encendieron todas las alarmas.
Se calcula que más de 7 millones de venezolanos salieron de su país en la última década, escapando de la gravísima crisis política, social y económica que envolvió a la gestión de Nicolás Maduro, reelecto por otros seis años en los comicios del domingo.
La última encuesta del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno y el Instituto Delphos, divulgada pocos días antes de las elecciones, reveló que el 12,8% de los consultados “buscaría la manera de irse del país” si Maduro ganaba o se quedaba en el poder. Se trata de un universo de alrededor de 3,5 millones de personas, sobre una población total de 28 millones.
“Sin dudas, si no hay una solución a la crisis, lo que viene en forma clara es una fuga masiva de venezolanos al exterior”, dijo a TN el analista político venezolano Jesús Seguías, presidente de la empresa de investigaciones Datincorp.
“Tengo 29 años y no conozco otro sistema”
Andrea La Rosa es comunicadora social, tiene 29 años y vive en El Cigarral, a 10 minutos del apacible pueblo de El Hatillo, a 26 kilómetros de Caracas. Planea viajar en octubre a España con un amigo de la universidad y periodista, Miguel Rodríguez.
“Tenemos 25 años de experiencia con el chavismo. Definitivamente, no creo que pueda sobrevivir otros seis años más de esto. No conozco otro sistema. Aquí es imposible lograr algo. Ni independencia, ni trabajo ni salarios dignos. Eso para nosotros es imposible. Además de vivir en un sistema que no es democrático y que por cualquier cosa pones en riesgo la vida”, dijo.
Andrea está tramitando la nacionalidad española, pero puede demorar aún un año más. Por eso, planea solicitar asilo. “Trabajé en el portal independiente Efecto Cocuyo. Allí fuimos todos muy perseguidos. Fue una de las razones por las que me fui. Las amenazas crecieron en los últimos años. Me fui por seguridad”, contó.
Ahora, planea radicarse en Valencia y “buscar oportunidades. La idea es tratar de hacer una vida allá. Capaz afuera de mi país puedo ayudar más a mi familia que estando aquí. Mis padres son profesores universitarios y no ganan mucho. Quizás pueda enviarles dinero”, dijo.
Miguel Rodríguez, de 31 años y periodista de profesión, la acompañará en el viaje. “No se ve un cambio, más allá de lo que está pasando ahora”, contó.
La idea de emigrar viene rondando su cabeza desde que se graduó en 2019. “Quiero que las cosas cambien y que todo vaya mejor, pero la decisión ya está tomada”, indicó el joven, oriundo de Maracay, 109 kilómetros al sudoeste de Caracas.
Colombia, Panamá y Perú están en alerta
Venezuela está inmersa hoy en protestas masivas de la oposición tras las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales del domingo en las que resultó reelecto por otros seis años el presidente Maduro, según el Consejo Nacional Electoral.
Mientras decenas de miles de venezolanos salen a las calles, muchos compatriotas están pensando en irse del país, como lo hicieron más de siete millones de personas en los últimos años.
La ciudad de Cúcuta es una frontera caliente. Ubicada en el límite oeste de Venezuela, esta zona fue testigo del incesante flujo de venezolanos que en los últimos tiempos salieron del país a pie, no solo rumbo a Colombia, sino a otras naciones más al sur del continente.
Las autoridades están alertas, aunque en estos días solo se observó el regreso de cientos de venezolanos residentes en Colombia que volvieron a su país para votar esperanzados por un triunfo de la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD), liderada por María Corina Machado y que llevó como candidato presidencial a Edmundo González Urrutia.
Con 2,8 millones de personas, Colombia es el país que más migrantes venezolanos recibió en los últimos años, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La alarma también incluye al accionar de la organización criminal conocida como El Tren de Aragua, que se fundó en una cárcel venezolana y se extendió por casi toda la región. El cartel se aprovechó de la inmigración para sus negocios ilícitos, que incluyeron el tráfico de migrantes, la trata de mujeres, narcotráfico, extorsión, robo, secuestro, sicariato y hasta la minería ilegal.
Más al norte, en Panamá, el presidente José Raúl Mulino alertó también sobre un posible aumento del flujo de migrantes venezolanos por la selva del Darién hacia Estados Unidos. Según el mandatario, “el flujo de venezolanos” por el Darién aumentará a causa de la crisis. “Debemos tomar decisiones adecuadas para proteger sus vidas y su integridad y facilitar el tránsito de quienes quieran emigrar a Estados Unidos”, dijo Mulino en rueda de prensa.
En lo que va del año, más de 200.000 personas cruzaron la selva del Darién. Aproximadamente el 66% de ellas procede de Venezuela, según estadísticas oficiales panameñas. En 2023 cruzaron medio millón de migrantes.
También Perú se declaró en alerta. Su canciller, Javier González-Olaechea, confirmó que su país adoptó medidas para reforzar los controles migratorios en la frontera para evitar un nuevo éxodo de venezolanos.
El ministro de Relaciones Exteriores dijo a la emisora RPP que Perú decidió “reforzar los controles migratorios terrestres” y en los aeropuertos para “evitar un éxodo. No podemos acoger en las magnitudes del anterior éxodo”, aseguró. Se calcula que casi 1,5 millones de venezolanos llegaron a Perú en los últimos años.
“Los venezolanos se van desesperanzadas, buscando nuevas alternativas. Esto va a ser peor de lo que hemos visto. La diferencia va a ser que ahora los que emigraron hace algunos años van a ser anfitriones de los nuevos migrantes. Esto va a ser masivo y va a abarcar a todos los estratos sociales”, dijo el analista Jesús Seguías.
Andrés Cañizalez, doctor en ciencia política, académico de la Universidad Andrés Bello de Caracas y director de la asociación civil Medianálisis, dijo que “en general los picos de mayor migración se dieron en los años en que hubo represión, como en 2015 y 2018. También hay factores económicos. Mucha gente se fue porque le vio la cara a la represión y sintió miedo. Ahora va a haber un repunte. Conozco muchos casos de personas que estaban esperando ver que ocurría con las elecciones para tomar una decisión”, afirmó.