Pasados unos minutos de las 15, caminando con la ayuda de un andador, salió por la explanada de la Casa Rosada Hebe Pastor de Bonafini. Había ingresado dos horas antes para almorzar con Alberto Fernández, a quien había criticado duramente en los últimos días por su negativa a referirse a Amado Boudou y otros presos por corrupción como “presos políticos”.
El almuerzo se desarrolló a solas en el despacho presidencial, y la titular de las Madres de Plaza de Mayo se retiró sin hacer declaraciones, contrariamente a lo que había sucedido unos días atrás, cuando Fernández se reunió con más de 10 organizaciones de derechos humanos y Estela de Carlotto y Tati Almeyda se acercaron a hablar con los periodistas. Hasta ahora, ningún vocero oficial informó sobre el encuentro, aunque si duró dos horas puede suponerse que el Presidente y ella lograron entablar un diálogo positivo.
Bonafini llegó acompañada de una asistente que no participó del almuerzo y se retiró en el mismo auto que la había traído, un Renault Fluence, después de que el chofer guardara el andador en el baúl.
La dirigente de Madres de Plaza de Mayo había emitido el jueves pasado un comunicado de prensa, que firmó de puño y letra, titulado “Hablemos claro”, donde dijo que Boudou es “un preso político, un funcionario que se la jugó cuando le quitó a los bancos el gran negocio de las AFJP. Se la jugó, y así se ganó el amor de muchos y el odio de otros”. Agregó que “nos da un poco de vergüenza que en democracia tengamos que hablar de presos políticos; o detenidos arbitrarios, como dijo el señor Presidente”. Y, por eso, le pidió a Fernández que decida “de qué lado está: si con el Poder Judicial, mayoritariamente corrupto, o con los presos políticos. Es sencillo, sólo eso le pido”.
Ese comunicado fue una respuesta al encuentro que organizaciones de derechos humanos tuvieron la semana pasada con Fernández, donde no estuvo Bonafini, en el que el Presidente negó que en la Argentina existieran presos politicos. “Son detenidos arbitrarios”, fue el concepto que utilizó para referirse a los políticos condenados en causas por corrupción como el caso de Boudou y el de Milagro Sala. “Él no quiere que se hable de presos políticos porque no los tiene; sino presos que han sido victimizados”, dijo Carlotto, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, al salir de la reunión.
Una semana antes, Bonafini le había exigido a Fernández que “tome las riendas de los medios de comunicación”, a los que calificó de “basura y una mierda”. “Si el gobierno de Fernández no toma las riendas con la comunicación estamos en el horno, porque siguen diciendo de todo por la televisión, todo el tiempo mentiras”, aseguró en su ronda semanal de los jueves alrededor de la pirámide de la Plaza de Mayo. “Pensá un poquito, no precisás ser un genio”, fue otra de las frases dirigida por Bonafini a Alberto Fernández para expresar su malestar.
La referente de derechos humanos, sin embargo, la semana pasada bajó el tono y en el comunicado se dirigió a Fernández como “señor Presidente”, en un intento por mejorar el vínculo con la Rosada.