Tal y como lo anticipara Tucumán Despierta, el acto del pasado sábado en el que Germán Alfaro presentara a sus candidatos a las primarias de septiembre, no hizo más que evidenciar que se liberaba prácticamente toda actividad regulada por las restricciones sanitarias con el único y mezquino fin de que la clase política pudiera realizar actos electorales sin el más mínimo cuidado.
En ese sentido, se acentuó el desprecio por la vida de los ciudadanos mediante el accionar típico de la clase política previo a las votaciones, es decir, el acarreo de gente como si se trataran de animales de granja, sumado al amontonamiento de quienes no son ni simpatizantes ni militantes, sino más bien beneficiarios de planes sociales llevados de las narices a canchas para llenar tribunas.
Y esto se da a pesar de que en la totalidad de los deportes que se pueden practicar, se encuentra prohibido el ingreso de público en todo el territorionacional. Sin embargo, Germán Alfaro tiene vía libre para arrear gente y amontonarla para después dejarla librada a su suerte. Y es que el intendente capitalino lo tiene permitido y, de esta manera, se mueve con la impunidad que le brinda el COE cuando decide mirar para otro lado.
Lo que está claro es que “vale todo” para la clase política, inclusive jugar con la vida de aquellos a los que no considera ciudadanos, sino meros clientes que deben asistir a los actos en los que el único banquete que esperan los dirigentes es aquél en el que el poder es el plato principal y del cual al pueblo no habrá de quedarle ni las sobras, sino apenas algunas migajas que los políticos dejen caer de la mesa.
En esa línea, Germán Alfaro tuvo un discurso bien PRO esa tarde, es decir, más que alineado con la línea ideológica que baja directamente desde Capital Federal. Al respecto, el intendente manifestó que había que terminar con los planes sociales, lo cual no es más que una muestra cabal de la hipocresía que a esta altura resulta ya pandémica con la cual el mandatario municipal suele expresarse.
¿Acaso al acto del pasado sábado el principal asistente que concurrió no fue el propio clientelismo como si se tratara del invitado de honor? Germán Alfaro hace malabares con el objetivo de pretender hacer olvidar al votante de Juntos por el Cambio la traición suya y la de su mujer, la cual fue tan oportunista como desleal. Y es que luego de la derrota de este espacio en las elecciones presidenciales 2019, el matrimonio Alfaro decidió huir como rata por tirante.
Es por ello que ahora hacen lo imposible para que el votante de Juntos por el Cambio ignore su traición. Para ello, el intendente capitalino trata de hacer lo imposible para seguir al pie de la letra el recitado del discurso del PRO, pero dice el dicho que la cabra tira para el monte y el accionar peronista típico de quienes militaron en el Partido Justicialista lo lleva en la sangre el intendente de San Miguel de Tucumán.
Pero como si eso fuera poco, Germán Alfaro no sólo trata de hacer creer al electorado que él pertenece desde siempre a Juntos por el Cambio, sino que también trata de ocultar su pasado peronista. “A Tucumán lo queremos como a una madre, pero esta madre está maltratada. No merecemos vivir como estamos viviendo, maltratada por los sucesivos gobiernos y gobiernos de distintos colores políticos”, dijo en su discurso como si no hubiera formado parte de ambos.
En esa línea, continuó diciendo que “nosotros a Manzur y a Jaldo le decimos Basta, basta y basta. Basta de maltrato, queremos vivir dignamente. Esto más que un proyecto político es una causa, y nuestra causa es la inseguridad, es que haya más empleo, es vivir dignamente. Nuestra causa en que haya trabajos sin planes, nuestra causa es la causa de los jóvenes para que no se vayan de Tucumán, para que cuando se reciban trabajen de lo que se han preparado”.
Pero el colmo del cinismo tan característico de Germán Alfaro llegó cuando remarcó que “Manzur y Jaldo son los responsables de nuestra frustración y de nuestra sorpresa. Este Gobierno desde Alperovich, Manzur y ahora que pretende ser Jaldo. La única salida laboral que les ha dejado a los tucumanos ha sido el narcotráfico. Los tucumanos sabemos de sentimientos, de lucha”.
Para finalizar, expresó que “este es un equipo que hoy comienza a trabajar porque queremos ser Gobierno en el 2023. Sepan ustedes que hay tucumanos distintos, que hay tucumanos diferentes, que hay tucumanos que podemos gobernar de otra forma. Miramos la pobreza y no nuestro bolsillo como esos cachafaces”. Tal parece que la mitomanía de Germán Alfaro finalmente fue tan grande que se terminó creyendo sus propias mentiras.
