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¿TUCUMÁN TRABAJA PARA PREVENIR LOS FEMICIDIOS?

La utilización de este grave flagelo que hacen algunos funcionarios gubernamentales en Tucumán, es lamentable

Gabriel Yedlin
Ministro de Desarrollo Social de la provincia, Gabriel Yedlin
Descacharreo

Algunos funcionarios del gobierno de Tucumán, se han convertido en unos expertos vendedores de humo. Tal es así que utilizan un tema tan delicado como las alarmantes cifras de femicidios, por las cuales se ha hecho tristemente célebre nuestra provincia. Eso fue lo que quedó evidenciado por medio de la presentación que tuvo lugar ayer en lo que respecta al programa de acceso a derechos propuesta por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

En ese marco, el ministro de Desarrollo Social de la provincia, Gabriel Yedlin, aseguró que en nuestra provincia se trabaja en nuevas alternativas para intentar controlar la problemática de la violencia contra las mujeres. Los funcionarios creen que por firmar convenios con distintas reparticiones del gobierno nacional, significa que están haciendo algo por el bienestar de las mujeres cuando sucede todo lo contrario en Tucumán.

Negocios

Mientras su hermano se desempeña como diputado nacional procurando que se apruebe el aborto, el funcionario provincial cree que por recibir alguien que trabaja en Nación, implicará la posibilidad de realizar un cambio sustancial en lo que hace a los femicidios. Incluso, se dio el lujo de asegurar, que la violencia contra las mujeres es una temática que está en el centro de la agenda política del gobierno de Juan Manzur.

La diferencia existente entre la administración local y nacional es inmensa, teniendo en cuenta que aquí no existen programas de acceso a derechos de personas o situaciones de violencia de género, debido a que no existe articulación de parte del Estado tucumano. Sólo existen programas con nombres bonitos pero que en los hechos jamás llegan a funcionar a la hora de evitar situaciones de violencia que incluso finalizan con la muerte de la víctima.

SEPARA

Para muestra basta un botón y ahí está Tucumán cargando con un alto índice de femicidios. Hasta hace dos semanas, las estadísticas mostraron que 18 femicidios ocurrieron en Tucumán desde comienzo de año. En ese sentido, la imposición de una cuarentena tan larga como ineficiente no hizo más que exacerbar esta problemática y poner todavía más en riesgo a las mujeres que están obligadas a compartir su hogar con un hombre violento.

Que los discursos de los funcionarios gubernamentales de Tucumán son palabras que se lleva el viento, quedó demostrado sobre todo en el femicidio de la docente salteña Paola Tacacho. Así queda evidenciado, no solo el nulo resultado de las políticas implementadas en nuestra provincia. También quedó claro que el papel de la Justicia local es funcional a la violencia de género y a la impunidad con la que actúan sus perpetradores.

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En un año en el cual el coronavirus se convirtió en un peligro real para muchas personas, la violencia de género se ha convertido en una pandemia que afecta a todo el país. Pero es en Tucumán donde se registran las cifras más altas de femicidios, sin que haya política pública ni accionar judicial lo suficientemente eficiente como para impedir que en esta provincia vivir o trabajar se convierta en un desafío o una odisea para una mujer.

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