La vuelta a la fase 1 de la cuarentena está al caer en Tucumán y sólo por una cuestión de internas dentro del Gobierno provincial es que se demora la decisión. Quien tiene la última palabra es el gobernador, pero las posturas diferentes respecto de una mayor restricción, le deja en claro que ni siquiera hacia el interior de la administración peronista tiene consenso sobre qué hacer. Mientras tanto, la realidad empeora a diario a causa de la pandemia.
Y es que el coronavirus no da tregua en Tucumán, que a diario supera sus propios récords nefastos en materia de contagios y de fallecimientos. En ese marco, los infectados se cuentan casi de a mil por día y el sistema sanitario se encuentra al borde del colapso. Más de medio año no alcanzó para preparar a la estructura sanitaria y las consecuencias se abordan ahora, en el momento más crítico de la pandemia mundial de COVID-19.
La ministra de Salud, Rossana Chahla, admitió que existe la posibilidad de tomar la decisión de una definitiva vuelta atrás en los próximos días. De hecho, dijo que para ella, lo ideal sería el aislamiento total, tal y como fue en el mes de marzo. Sin embargo, dentro del Comité Operativo de Emergencia (COE), aseguran que la sociedad no está dispuesta a aceptar la cuarentena estricta.
Mientras tanto, las clínicas y sanatorios privados de Tucumán están llegando a un límite peligroso, con una ocupación de camas del 90%, en lo que hace a lo dispuesto para atender casos de coronavirus, según aseguraron desde el sector. Como si este escenario no fuera ya demasiado desolador, cabe agregar que empiezan a escasear equipamiento y personal médico, debido a que muchos trabajadores dela salud se enfermaron de COVID-19.
En el gobierno saben que su ineficiente política sanitaria está poniendo en juego todas las previsiones que comenzaron a tomarse desde febrero, por lo que el sistema puede colapsar en cuestión de unos pocos días. Y es que en el Ministerio de Salud creen que Tucumán estaría surfeando el pico de la ola de contagios, por lo que resultaría imprescindible implementar nuevamente la aplicación de un aislamiento social estricto.
Por estas razones, estaría tomada la decisión de volver atrás y decretar una cuarentena igual de restrictiva que en marzo. Desde la cartera de Salud, insisten en que el crecimiento de casos positivos se debe al hecho de que la gente no está cumpliendo con las medidas sanitarias para evitar los contagios. De esta manera, la sociedad vuelve a quedar expuesta como el chivo expiatorio que lave las culpas del oficialismo.
Restará saber si el gobernador estará dispuesto a pagar el costo político de cerrar nuevamente la inmensa mayoría de locales en el momento más complicado de la situación social y económica de Tucumán. O si, por el contrario, se enfrenta al hipotético colapso del sistema de salud, de cara a la peor pandemia de los últimos 100 años, a pesar de haber contado con más de medio año a su favor.
