Un agente revelador resultó clave para desarticular una red de prostitución que era manejada por su cabecilla desde el penal de Villa Urquiza, donde estaba alojado purgando una condena por el mismo delito y otra por abuso sexual.
La pesquisa se abrió alrededor de ocho meses atrás. Hasta el fiscal federal Agustín Chit llegó una denuncia según la cual en varios departamentos de dos edificios de la capital tucumana permanecían recluidas jóvenes que eran sometidas a la prostitución forzosa.
Investigadores de la Policía de Seguridad Aeroportuaria confirmaron la versión, pero no podían conocer los detalles del movimiento de la banda ni quiénes eran sus jefes.
Los pesquisas le ofrecieron a Chit utilizar la figura dela gente revelador para avanzar con la causa. Un juez dio su aval y comenzó el trabajo del uniformado, cuyo nombre se mantiene en reserva por cuestiones de seguridad.
“Comenzamos la investigación con las medidas habituales, con vigilancias, seguimientos, relevamientos de redes sociales, consultas sobre titularidad de los inmuebles. Pero en estos casos llega un momento en que las pesquisas se estancan si no se llega a tomar contacto con la organización o con las víctimas. Así surgió la idea de usar la figura del agente revelador, que ya nos había dado buen resultado en otra causa por trata, en Santiago del Estero”, explicó el investigador que cumplió con este rol.
Qué aspectos puso al descubierto el agente revelador:
– La organización estaba comandada por un condenado desde el penal de Villa Urquiza. Él le daba instrucciones a su esposa, que cumplió una pena de cinco años por este delito.
– Se logró determinar cómo era la vida que llevaban las mujeres explotadas sexualmente.
– Todos los contactos se establecían a través de las redes sociales.
– La organización se servía de billeteras virtuales para el cobro de los servicios que ofrecían.
Todas las pruebas fueron agregadas al expediente. La información fue suficiente para que el fiscal solicitara siete allanamientos, pedido que fue aceptado por el juez Fernando Poviña.
Las medidas se realizaron el martes con resultados positivos: fueron detenidas tres personas (una de ellas fue en la mismísima cárcel), secuestraron documentación, el celular utilizado por el supuesto líder, más de $500.000 y rescataron a siete víctimas que ya están siendo atendidas por los especialistas en la materia que tiene Desarrollo Social de la provincia.