“Argentina cuenta con un gran talento en tecnología e inteligencia artificial, pero la fuga de cerebros por la situación económica es un desafío a afrontar. Para que el país se convierta en un centro global de IA, es esencial retener y potenciar ese talento”, afirma con prudente optimismo Rodrigo Vivares, uno de los argentinos top en el universo de la Inteligencia Artificial, la revolución tecnológica que cambió el mundo que todos conocíamos. Y lo hizo a la velocidad de una Ferrari que pasa por la recta principal. El futuro, dice Vivares, está a la vuelta de la esquina, y la Inteligencia Artificial ni siquiera necesitará de prompts.
Desde febrero de este año, Rodrigo vive en Miami junto a su esposa y su hijo Franco (que acaba de empezar la primaria en los Estados Unidos). Se unió, como Regional Managing Director, a Initiative, una de las principales agencias de medios de LATAM, encargada de establecer estrategias de medios y marketing de sus anunciantes, que es parte de IPG Mediabrands, donde anteriormente Vivares fue el Managing Director para LATCANZ (América Latina, Canadá, Australia y Nueva Zelanda). Su tarea es potenciar la publicidad y la comunicación deportiva para que impacte en las audiencias adecuadas. Y lo hace utilizando Inteligencia Artificial: “En el ámbito del marketing deportivo, las herramientas de IA optimizan la organización de los eventos y nos ayudan a predecir las ventas de entradas con mucha precisión. Entonces, gracias al análisis de los hábitos de consumo, podemos enfocar nuestras estrategias de marketing de manera muy efectiva”, le explica.
—¿Cómo?
—Gracias a la IA, pudimos anticipar el rendimiento en ventas para varios eventos y dirigir nuestras campañas a audiencias específicas con una precisión nunca vista. Esto nos permitió mejorar la eficiencia de nuestras inversiones en marketing, maximizando el retorno y minimizando los riesgos.
—¿Qué ejemplos podrías dar?
—Podemos mencionar una campaña en la que usamos una herramienta de AI para crear los contenidos del tráiler de una serie donde se adaptó el mensaje en base a la performance de los primeros spots emitidos. Por ejemplo, si a los usuarios les gustaba más un tráiler con escenas de acción, la IA recomendaba recortes similares con diferentes escenas para llegar a esas audiencias.
“La IA no genera datos, pero su capacidad para extraer valor de ellos es lo que define su ‘inteligencia'”, señala Vivares
Vivares nació en Buenos Aires hace 42 años y creció en Ramos Mejía. Su padre es contador público y su madre ama de casa. Es el mayor de tres hermanos: lo siguen Paula, también contadora y Sebastián, publicista. Estudió Publicidad en la UCES y luego, en 2010, hizo un master de Marketing Deportivo en la Universidad de Palermo, enfocado en la gestión de Marketing de Boca Juniors.
Hoy lleva 20 años trabajando en medios, entretenimiento y tecnología. Primero lo hizo en agencias de publicidad y luego participó de la creación de Havas Sports, una de las primeras agencias de marketing deportivo de la Argentina. Más tarde cambió de rubro y, desde Universal Music, comenzó a conectar artistas con marcas. Pero su primer acercamiento a lo que luego fue la Inteligencia Artificial lo hizo en Urbeos, una empresa dedicada a la Inteligencia Predictiva.
“La inteligencia predictiva -explica- es una rama de la analítica de datos que utiliza algoritmos avanzados y modelos estadísticos para predecir futuros resultados o comportamientos, con base en datos históricos y patrones observados. A diferencia de la analítica descriptiva, que se centra en entender el pasado, la inteligencia predictiva está orientada a anticipar lo que podría suceder en el futuro. Lo primero que hice con estas tecnologías fue recomendar estrategias de expansión a nuestros clientes, como la apertura de nuevas sucursales”.
—Si tomamos en cuenta que los datos con los que trabaja no fueron creados por ella, ¿el término “Inteligencia Artificial” es el más correcto para identificar esta tecnología?
—Aunque no genera los datos, el valor de la IA reside en cómo los procesa y aprende de ellos. La IA analiza grandes volúmenes de datos, identifica patrones y toma decisiones que antes requerían la intervención humana. Por eso, aunque no cree los datos, su capacidad para extraer valor de ellos es lo que define su “inteligencia”.
—¿Qué es lo mejor que tiene trabajar con IA?
—Que permite optimizar procesos, automatizar tareas complejas y personalizar experiencias de manera nunca antes vista. Trabajar con inteligencia artificial en agencias de publicidad ofrece varias ventajas notables. Al analizar grandes volúmenes de datos, puede identificar patrones y comportamientos específicos, entonces ayuda a mejorar la precisión en la segmentación de audiencias. Eso permite campañas más dirigidas y efectivas. Además, optimiza la creación de contenido y la personalización, se generan anuncios que resuenan más profundo en cada grupo objetivo. Y otro gran beneficio es que nos brinda insights en tiempo real sobre el rendimiento de las campañas, lo que facilita ajustes rápidos basados en datos.
—¿Por ejemplo…?
—Por cuestiones de confidencialidad y contratos no puedo nombrar marcas, pero utilizamos IA para una campaña de lanzamiento de un producto de belleza. La IA analizó datos de comportamiento y preferencias de los consumidores y segmentó a los grupos específicos que luego respondieron mejor a los mensajes publicitarios. También sirve para optimizar la creación de contenido. Hicimos una campaña de moda impulsada por IA para crear anuncios visuales personalizados. La IA analizó las preferencias estéticas y las tendencias del mercado. El resultado de los anuncios fue que aumentó la participación del usuario. Y en tercer lugar, automatizamos el proceso de publicidad, por ejemplo, para gestionar y optimizar la compra de espacios publicitarios para una marca de consumo masivo. Nos permitió ser más eficientes con el presupuesto.
El futuro de la IA, dice Vivares, será la Inteligencia Artificial General, donde funcionará en forma autónoma, sin necesidad de generarle prompts (Imagen Ilustrativa Infobae)
—¿Cuáles son los próximos pasos que ves con relación a la IA?
—El futuro se encamina hacia la creación de una IA General, capaz de realizar tareas complejas de forma autónoma, y la integración de IA en la medicina personalizada y la biotecnología. Además, la automatización se seguirá expandiendo. Sin embargo, estos avances requieren una regulación ética para asegurar un uso responsable de la tecnología.
—¿Que esa IA General realice tareas de forma autónoma significa que ya no será necesario generar prompts y la propia IA anticipará las próximas jugadas?
—Sí. La IA General (AGI, por sus siglas en inglés) se refiere a un tipo de inteligencia artificial capaz de realizar cualquier tarea cognitiva que un ser humano pueda hacer, de manera autónoma y sin necesidad de los prompts, las indicaciones explícitas. La IA podría anticipar las necesidades y próximas acciones, basándose en el contexto y el conocimiento previo. En lugar de esperar que los usuarios generen prompts específicos, la AGI podría prever lo que se necesita a continuación y actuar en consecuencia, adaptándose dinámicamente a situaciones nuevas y complejas. Por ejemplo, una AGI en un entorno empresarial podría gestionar proyectos, tomar decisiones estratégicas, y coordinar equipos sin intervención humana directa, anticipando los desafíos y oportunidades basada en datos históricos, tendencias del mercado y objetivos corporativos.
—Sobre la regulación ética que mencionas antes, ¿cuáles serían los riesgos?
—Hay varios. En primer lugar, uno de los mayores riesgos es el desplazamiento masivo de trabajos debido a la automatización avanzada. Si bien la IA puede crear nuevas oportunidades, también puede dejar obsoletos muchos trabajo tradicionales, generando desigualdades económicas.En segundo término, la discriminación; si no se diseña y entrena adecuadamente, la IA puede perpetuar o incluso amplificar sesgos existentes en la sociedad. Esto puede llevar a decisiones discriminatorias en áreas críticas como la contratación, la concesión de préstamos, o el acceso a servicios esenciales. En tercer lugar, la privacidad y la vigilancia por la capacidad de la IA para analizar grandes volúmenes de datos personales. Si no se regula, la IA podría utilizarse para el control social, erosionando derechos fundamentales. Cuarto riesgo: con una IA General que toma decisiones de forma autónoma, surge la pregunta de quién es responsable de sus acciones. La falta de claridad sobre la responsabilidad en caso de errores o daños causados por la IA es un importante desafío ético y legal. Quinto: la militarización de la IA y su uso en sistemas autónomos de armas representa un riesgo global. La capacidad de tomar decisiones de vida o muerte sin intervención humana podría tener consecuencias devastadoras para la seguridad internacional. Por último, la IA avanzada se podría utilizar para crear desinformación y fake news a gran escala y hacer difícil discernir entre lo real y lo falso. Esto podría erosionar la confianza en las instituciones y en la propia información, con serias consecuencias para la democracia.
—En el periodismo la IA es una herramienta que ayuda a agilizar todo el proceso de escritura. ¿No puede identificar fake news la IA?
—Si, también es una herramienta poderosa para combatir la desinformación. Puede detectar y controlar la propagación de noticias falsas. Por ejemplo, la Universidad de Queensland, en Australia, respaldada por gigantes tecnológicos, desarrolla tecnologías para identificar contenido falso y mejorar la transparencia de los algoritmos. Como dije antes, aunque la IA puede ser utilizada para difundir desinformación, también tiene potencial para proteger la integridad de la información.
—¿Qué tecnologías son esas?
—La UQ utiliza técnicas avanzadas de procesamiento de lenguaje natural para analizar grandes volúmenes de texto y detectar patrones que podrían indicar la presencia de desinformación a través de analizar la estructura del lenguaje, la semántica y la sintaxis. También existen modelos de aprendizaje automático o “machine learning”, que pueden ser entrenados con grandes conjuntos de datos para identificar señales de noticias falsas. Aprenden a reconocer características comunes en las fake news, como títulos engañosos, falta de fuentes confiables, o contenido sensacionalista. La Universidad de Queensland trabaja en la creación de redes neuronales, que imitan la manera en que el cerebro humano procesa la información y son capaces de evaluar la credibilidad de una noticia. También existen los sistemas de IA que verifican datos de forma automática (Fact-Checking), que pueden señalar discrepancias en tiempo real. Y otras como la detección de propaganda y el sesgo, para identificar tácticas de manipulación emocional y la tecnología de blockchain para la transparencia que crea un registro del origen y las modificaciones de las noticias.
“Argentina cuenta con un gran talento en tecnología e inteligencia artificial, pero la fuga de cerebros por la situación económica es un desafío a afrontar”, señala Vivares sobre el panorama de la IA en nuestro país
—¿Qué nuevos modelos de negocios se pueden anticipar a través del uso de IA?
—La IA está abriendo la puerta a nuevos modelos de negocio, como el “IA como servicio” o AIaaS, que permite a empresas de todos los tamaños acceder a herramientas avanzadas sin necesidad de infraestructura propia. Además, la personalización en tiempo real está transformando la manera en que se ofrecen productos y servicios, mientras que la automatización en sectores como la contabilidad y la ciberseguridad está creando nuevas oportunidades de negocio y mejorando la eficiencia. Imaginemos contenido creado en base a los gustos del usuario o preferencias y creado únicamente en base a ese pedido específico.
—¿Qué es AIaaS exactamente?
—AIaaS (Inteligencia Artificial como Servicio, según su sigla en inglés) es un modelo de negocio en el que las empresas pueden acceder a herramientas y capacidades de IA a través de la nube, sin necesidad de invertir en infraestructura propia ni en el desarrollo de algoritmos desde cero. AIaaS permite a las empresas de todos los tamaños utilizar tecnologías avanzadas, como aprendizaje automático, procesamiento de lenguaje natural, análisis predictivo y más, pagando solo por lo que necesitan y cuando lo necesitan.
—¿Qué ejemplos de contenido creado en base a los gustos del usuario podrías mencionar?
—Cuando las plataformas como Spotify y Netflixcrean listas de reproducción o sugieren películas o series es porque utilizan IA para analizar el comportamiento del usuario, sus preferencias, y patrones de consumo. Son recomendaciones hechas a medida. Lo mismo sucede con la publicidad digital, como Google Ads o Facebook Ads y les permite crear anuncios personalizados. Y con las redes sociales como Instagram y TikTok, que personalizan el feed de cada usuario en base a sus likes, comentarios y el contenido que comparten. También para adaptar videojuegos a las preferencias y habilidades del jugador, e incluso llevar a cabo misiones que reflejen las preferencias del usuario.
—Por último: el presidente Milei señala que Argentina puede convertirse en uno de los cuatro polos globales de la Inteligencia Artificial. ¿Qué se necesita para que nuestro país sea un hub de IA a nivel mundial?
—Argentina cuenta con un gran talento en tecnología e inteligencia artificial, pero la fuga de cerebros por la situación económica es un desafío a afrontar. Para que el país se convierta en un centro global de IA, es esencial retener y potenciar ese talento. La IA puede, por ejemplo, acelerar el crecimiento de las PYMES. incluso quienes no tienen conocimientos técnicos pueden desarrollar grandes ideas para sus negocios con acceso a herramientas avanzadas.
—¿De qué manera, concretamente?
—Un ejemplo claro es la automatización de Atención al Cliente en una PYME de E-commerce. Supongamos que una pequeña empresa de comercio electrónico en Argentina, que vende productos artesanales, quiere mejorar la experiencia de sus clientes pero no cuenta con los recursos para contratar un gran equipo de soporte. La empresa puede implementar un sistema de atención al cliente basado en IA, como un chatbot avanzado, que responda a consultas de los clientes las 24 horas los 7 días de la semana. Este sistema puede manejar preguntas sobre productos, envíos y devoluciones, y también puede aprender de las interacciones pasadas para dar respuestas cada vez más precisas y personalizadas. Lo que esto permite es que la empresa sea más eficiente sin necesidad de una gran inversión en personal. Y al mismo tiempo, como la IA recopila datos valiosos sobre las preferencias y comportamientos de los clientes, se pueden personalizar campañas de marketing o también optimizar el inventario. Ni siquiera se requiere que los propietarios tengan conocimientos técnicos profundos, porque hay herramientas de IA con interfaces amigables y fáciles de usar.