Fausto José Villagrán se postuló a legislador de la capital en 2019 con Hacemos Tucumán, la marca electoral del senador con licencia y ex gobernador José Alperovich. Esa incursión política lo llevó a interactuar y a conocer “muy bien” a las partes de la causa promovida por la sobrina y ex secretaria de Alperovich, según dijo el testigo bajo juramento al juez de Instrucción en lo Penal N°2 de esta capital, Facundo Maggio, que investiga el supuesto abuso sexual con acceso carnal. Villagrán expresó el viernes que entre la denunciante y el senador existía una “relación normal”. “No era una relación de jefe, sino familiar”, precisó. Y añadió que la joven le había contado que el concejal justicialista de la capital, David Mizrahi, la “psicopateaba”. Además, Villagrán adhirió a la idea de que la denunciante de la presunta violación había sido usada para “golpear y debilitar políticamente” al ex mandatario, como este conjeturó en la querella que presentó el 31 de enero contra Mizrahi, el diputado oficialista Carlos Cisneros y el abogado Gustavo Morales.
Villagrán declaró el viernes. El testigo manifestó: “con José actualmente sigo en contacto y con buena relación, pero, con ella, desde que se fue del espacio, no volví a tener relación. Conocí a (la denunciante) porque trabajamos juntos en la campaña (…). Ella llegó por sus propios medios. Me acuerdo patente de ese día, creo que fue a mediados de 2017. Tengo entendido que ella era empleada del Poder Ejecutivo provincial y que, por sus propios medios, pidió estar asignada a José. A partir de ese momento ella empezó a manejar la agenda y todo lo relacionado a José. Jamás vi ningún maltrato ni ninguna situación de abuso ni en lo laboral ni en el plano personal. Yo lo que veía era una relación familiar de cariño. Incluso había una muy buena relación de ella con la mamá de José”.
En el acta de la declaración consta que Villagrán dijo a Maggio y al secretario Gonzalo Ascárate que era “empleado”, y que tenía 26 años. Ante una consulta telefónica de LA GACETA, el testigo añadió que cumplía funciones en la Legislatura, pero se rehusó a decir en qué área ni con quién. “Yo declaré ante la Justicia y a ella le bastó con saber que era empleado. ¿Por qué tengo que darle detalles a usted?”, inquirió.
En las redes sociales hay abundantes instantáneas de la campaña en la que Villagrán aparece con el senador, y con el edil capitalino y ex mano derecha de Alperovich -se apartó de él tras la derrota de junio y se unió a los vencedores, el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo-. Mizrahi prefirió no hacer comentarios respecto del testimonio de su ex compañero político: antes tampoco quiso referirse a las hipotéticas violencia de género y manipulaciones de la denunciante que le atribuyó Alperovich en la contradenuncia en la que planteó la presunta existencia de una “operación criminal” en su contra. Milagro Mariona, vocera de la sobrina del senador, manifestó que la declaración de Villagrán probaba que Alperovich buscaba desviar la investigación. “Usa su poder para generar testimonios falsos de sus dependientes”, opinó (se informa por separado).
“Cambios de ropa”
El ex postulante aseguró en su declaración testimonial que cualquiera que quisiera hablar con Alperovich debía “pasar por” la denunciante, que en noviembre ventiló que había sido víctima de al menos ocho ataques sexuales entre diciembre de 2017 y mayo de 2019. Su versión consta en denuncias en trámite en las justicias provincial y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hasta que la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expida acerca de la cuestión de la competencia (se informa por separado).
Villagrán dijo que entre la denunciante y Mizrahi, el concejal que logró la reelección en 2019 con la marca Hacemos Tucumán, había un vínculo sentimental y que la denunciante le hizo comentarios al respecto en algunos trayectos que compartieron. “En el último tramo de la campaña, me acuerdo que íbamos juntos en el auto, y que ella rompió en llanto, y me contó que no aguantaba más las situaciones que la hacía pasar Mizrahi, su novio, que la ‘psicopateaba’; la maltrataba y la hacía sentirse de menos. A veces la hacía cambiarse de ropa cuando no le gustaba cómo estaba vestida. Me contó que David se había ido de la casa (…) y que había días que la corría. Todo esto lo sé por ella porque David nunca contaba nada”, explicó.
“También me acuerdo del último cumpleaños de José, que prácticamente organizó ella: estuvo todo el tiempo con David y muchos dirigentes la vieron ese día con él. Eso fue muy próximo a su distanciamiento. En los últimos tiempos de campaña se la veía cansada. Me enteré de la denuncia (del supuesto abuso) por rumores y, luego, por los medios, y me sorprendí porque no entendía el motivo. Yo sé que David se distanció políticamente de José después de las elecciones y empezó a vincularse con la oposición al ‘alperovichismo’. Ese oficialismo hoy está ligado a un gremio que siempre fue enemigo de José y le hicieron campaña en contra. Y, por eso, yo creo que ella pudo haber sido utilizada para golpear y debilitar políticamente a José”, agregó el testigo citado por pedido de la defensa del senador, que no fue interrogado.
La presentación de Villagrán se inscribe en la segunda convocatoria a testigos que puso en marcha Maggio. En la primera tanda, el juez entrevistó, entre otros, a Adriana Álvarez, la ginecóloga que trató a la denunciante a partir de 2016. Esa profesional afirmó que había constatado lesiones en marzo de 2018, pero que la joven recién refirió la existencia de ataques sexuales en junio de 2019.
“El senador usa su poder para generar testimonios falsos de sus dependientes”
Milagro Mariona, vocera de la sobrina y ex colaboradora de José Alperovich , manifestó que el testimonio de Fausto Villagrán (ver por separado) era un nuevo intento de la defensa del senador imputado por desviar el curso de la investigación. “La Justicia tucumana debe detenerse en la decena de hechos relatados en la denuncia. Las desviaciones y dilaciones con las que el único imputado trata de descalificar a la víctima no hacen más que mostrar el poder que ejerce para subordinarla nuevamente. El senador usa toda su capacidad económica y política para generar testimonios falsos de sus dependientes”, expresó en una posición enviada a este diario. Y añadió: “la vulnerabilidad de género es una de las condiciones que el sistema judicial debería tener en cuenta a la hora de filtrar información a la prensa. Es su deber para cumplir con derechos consagrados en la Constitución Nacional, en los tratados internacionales y leyes nacionales que atañen a la erradicación de la violencia hacia las mujeres. Es indudable que la defensa del senador José Alperovich tiene como estrategia exponer la privacidad de la denunciante. Sobreponiéndose a la marcada asimetría de poder, la denunciante se encuentra firme en tanto tiene la tranquilidad de no poseer otros intereses ajenos a la causa y la fortaleza de que la verdad salió a la luz el día que se animó a nombrar a su monstruo, y a todos los abusos que había sufrido en manos de su tío y jefe. Reafirmamos ante estás maniobras: ¡sólo queremos justicia!”.
