Un hombre y una mujer, acusados por cometer robos simulando ser clientes en varios locales comerciales de la zona céntrica de la Capital, fueron aprehendidos este martes por los efectivos de la Comisaría Primera. “Se trata de un hombre y una mujer que ingresaban a los locales comerciales”, explicó el Comisario Principal Walter Salvatierra, jefe de la Comisaría Primera.
“Por lo general, él se encargaba de distraer al vendedor mientras que ella aprovechaba ese momento para apoderarse de los elementos que tenía a su alcance. En la investigación se recolectaron los registros fílmicos y así se pudo obtener datos específicos en cuanto a la vestimenta que usaban para cometer los robos. También se logró identificarlos y conocer que tienen antecedentes por ese tipo de delitos”, agregó.
Con los datos de la pesquisa, los efectivos solicitaron medidas de allanamientos que fueron autorizados este martes por la jueza María Carolina Ballesteros. “Momentos previos al allanamiento, se concretó un procedimiento cuando los efectivos vieron a un hombre con las características físicas del sospechoso y con una vestimenta similar a la que usó para cometer los hechos investigados”, señaló Salvatierra.
Y agregó que “por ello, se inmediato se procedió a su aprehensión”. Cabe señalar que, durante esa medida, le secuestraron un pantalón, un par de zapatillas y una gorra color negra. En cuanto a su cómplice, que se encuentra arrestada por otra causa procesal, también fue aprehendida por estos hechos.
Finalmente, el hombre, de 33 años, y la mujer, apodada “La Monona”, de 36 años, quedaron a disposición de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos de la II Nominación. En cuanto a los hechos denunciados, uno de los robos ocurrió el 15 de septiembre pasado en un local comercial de calle Junín al 600 mientras que el otro sucedió el día siguiente en un comercio de calle Santiago al 300.
En ambos casos, los denunciantes aseguraron que un hombre y una mujer habían ingresado a sus locales simulando ser clientes. Él hacía una serie de consultas de precios para distraer al vendedor, mientras que la mujer aprovechaba para sustraer elementos a su alcance. En el primer negocio, se llevó un teléfono celular y en el segundo, un sobre con $80.000 en efectivo.
