Un motochorro fue condenado a cinco años de prisión por haber asaltado a un hombre de 65 años, a una abuela de 64 y a su nieta de 11, el 6 de agosto pasado. Se conoció la sentencia luego de que las partes acordaran un juicio abreviado. En una audiencia solicitada por el fiscal de Delitos Flagrantes II, Ernesto Salas López, el imputado reconoció de manera libre y voluntaria ser responsable de los hechos endilgados.
Acto seguido, la auxiliar de fiscal Cyntia Bono indicó que las partes pactaron la pena de cinco años de prisión efectiva por considerarlo coautor del delito de robo en concurso real con el delito de robo agravado por haberse causado lesiones graves. Al comunicar la resolutiva, la jueza declaró admisible el acuerdo pleno de juicio abreviado y ordenó el traslado del condenado, Raúl Alejandro Valdiviezo, al penal de Villa Urquiza.
En lo que hace a los robos, el 6 de agosto pasado, a las 22, una mujer mayor caminaba con su nieta por Sargento Cabral y España de esta Capital, cuando Valdiviezo, movilizándose en una motocicleta conducida por un sujeto no identificado, se acercaron a ellas. El imputado se bajó y le arrancó una cadenita de plata que la niña tenía puesta en su cuello, pero la cadenita se cayó al suelo.
Entonces Valdiviezo se abalanzó sobre la abuela y, mientras hacía ademanes como si tuviera un arma de fuego en el bolsillo, le dio un golpe en la mano y le quitó su celular y $1.000. Además, mediante el mismo procedimiento, intentó quitarle la alianza que tenía puesta en su otra mano, pero no pudo, ya que la señora salió corriendo con su nieta para refugiarse en su casa que queda a pocos metros.
El ahora condenado subió a la moto y junto con el otro sujeto las siguieron hasta el frente de la vivienda, para luego darse a la fuga. Minutos después, mientras un hombre estaba tomando un café en la vereda de una heladería, ubicada en la esquina de avenida Belgrano y Azcuénaga, Valdiviezo se le acercó por la espalda e intentó arrebatarle el celular. El hombre se resistió y comenzó a forcejear.
Por lo que el imputado lo arrojó fuertemente al piso, provocándole una fractura en el peroné y se dio a la fuga hacia donde lo esperaba el otro sujeto no identificado en la moto. Al escuchar los gritos, salieron varios vecinos y algunas personas que estaban en la peluquería que queda al lado, quienes lograron reducir a Valdiviezo a media cuadra, en Azcuénaga y pasaje Brandsen, mientras que su compañero logró darse a la fuga en el rodado.
