Una lapicera. Ese fue el sugerente regalo que el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, le entregó a Alberto Fernández después de un encendido discurso en defensa del sistema presidencialista en medio de las internas que dominan al Frente de Todos. El mandatario, que escuchaba de pie, bajo el sol radiante en el camping del sindicato de la construcción en Estaban Echeverría, agradeció con una sonrisa y se abrazó al sindicalista. También se llevó un casco a la construcción de recuerdo.
Fernández tuvo un acto de respaldo en el que las ausencias fueron indisimulables. El jefe de Gabinete Juan Manzur minimizó ante Clarín el faltazo de los gobernadores; solo estuvo el sanjuanino Sergio Uñac. A pesar del pedido explícito de Manzur en las horas previas para que asistieran, varios ministros tampoco dieron el presente. El mandatario bonaerense Axel Kicillof pegó el faltazo igual que el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, principal delegado de Cristina Kirchner en el Gabinete. Ningún intendente se sumó al acto ni hubo dirigentes de La Cámpora.
“Nos hacen discutir mucho entre nosotros, están todos pendientes de qué decimos uno del otro, pero en verdad lo que estamos discutiendo en la Argentina es entre los que queremos preservar los derechos que desde 1945 ganaron los que trabajan, y los que quieren quitarlos”, sentenció Fernández.
La expectativa por la palabra del Presidente se diluyó por sus declaraciones en la mañana sobre la posibilidad de aumentar las retenciones, que obligaron al Gobierno a recalcular.
Ante 10 mil trabajadores y militantes del gremio de la construcción que celebraban la recuperación de 200 mil empleos perdidos entre 2018 y 2020 -la excusa que justificó el acto- Fernández defendió el rumbo de su gestión. “Nos está costando mucho que la distribución del ingreso sea justa, porque muchos acaparan ganancias”, reconoció. Señaló que dio la orden a sus ministros de que los salarios le ganen a la inflación. También defendió su planteo a líderes europeos por las consecuencias de las sanciones a Rusia. ¿Cómo puede ser que sanciones económicas condenen al mundo a una hambruna?”, se preguntó.
También hubo presencias sorpresivas. Daniel Scioli levantó el puño cuando Fernández subió al escenario. El embajador en Brasil habló largo y tendido con el ministro de Economía Martín Guzmán y con Manzur minutos antes de la llegada del jefe de Estado.
“Vamos la Uocra, vamos, soy argentino, soy peronista, quiero vivir mejor”, arengó el secretario general del gremio de la construcción para romper el hielo. El Presidente aplaudió con una sonrisa y se llevó la mano al corazón mientras el coro de trabajadores de la UOCRA repetía la consigna.
Sentado en primera fila, sobre el escenario, sorprendió la presencia de Sergio Massa. El presidente de Diputados había hecho saber que no sería de la partida y que seguiría el acto de forma remota. Escuchó al lado de Manzur y de los ministros Jorge Ferraresi y Gabriel Katopodis y a un metro del mandatario, el respaldo de Martínez al Gobierno y sus alusiones al discurso de Cristina Kirchner en Chaco. “Los problemas estructurales se resuelven con gestión y no con debates ideológicos (…) Siéntase, Presidente, protegido por cada uno de los trabajadores y trabajadoras del país”, sostuvo el gremialista
Los ministros de Educación, Jaime Perczyk, y de el de Justicia, Martín Soria, los más cercanos al cristinismo, escucharon en la segunda fila solo separados por Juan Zabaleta. Al fondo de esa fila se ubicó el jefe desplazado de la UOM Antonio Caló.
Martínez aludió en varias oportunidades a los cortocircuitos en el Frente de Todos. “Primero, la patria; segundo, el movimiento; y tercero, las personas”, sostuvo el gremialista que se preguntó cuál sería la reacción de la prensa si alguien viralizara la discusión interna en la CGT, en otra indirecta que no hizo falta explicar. Dos de los tres co-secretarios de la central obrera, Héctor Daer y Pablo Moyano, asintieron desde sus asientos, próximos a los de Uñac y los diputados albertistas Leandro Santoro y Victoria Tolosa Paz.
La legisladora bonaerense, que fue cabeza de lista en 2021, le dijo a este diario que no necesita sentarse a la mesa del FDT bonaerense, donde el Presidente no tiene delegados. “Me siento representada en esa instancia, porque está Máximo Kirchner, que es el presidente de mi partido”, señaló. El hijo de la vicepresidenta ni siquiera fue invitado al acto.
“Alberto querido, el pueblo está contigo”, cantaron los militantes de la UOCRA cuando el Presidente prometió que en unos meses habrá un récord de trabajadores registrados del sector. Fernández ratificó que mantendrá el rumbo de su administración. “Voy a estar al lado de ustedes, sé qué intereses represento. Nadie nos va a torcer el brazo”, dijo.
Un rato antes, Mauricio Macri se había llevado los abucheos del mar de obreros de la construcción que colmaron el predio. Los referentes de los movimientos sociales oficialistas, que ya no dudan en cruzar los embates de La Cámpora, se ubicaron en un escalón superior del escenario: se contaban, entre otros, los líderes del Evita, Emilio Pérsico y Fernando Navarro.
La organización del evento compensó la escasa presencia de mujeres al ubicar a varias obreras al pie del palco. Enseguida volvieron a ser minoría.
Al final del acto retumbó la marcha peronista. Fernández se puso una gorra de la UOCRA y se abrazó con casi todos los ministros. Algunos se bajaron antes del escenario.
