La falta de lluvias cambió la fisonomía de Escaba y preocupó a vecinos y a operadores turísticos. Los casos de La Angostura y de El Cadillal.
La falta de lluvias en las zonas de alta montaña generó imágenes inéditas para esta etapa del año en los principales diques de la provincia, además de causar preocupación entre las autoridades y la población. Ocurre que las presas de Escaba y de La Angostura, principalmente, experimentaron en las últimas semanas una notable pérdida de su volumen.
La situación más acuciante se presenta en el sur de la provincia, en donde el paisaje de la zona de Escaba y sus actividades turísticas se vieron afectados y hay incertidumbre sobre lo que pasará durante el verano. Ocurre que el Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep) fijó una cota mínima de 620 metros sobre el nivel del mar para ese embalse, y comenzó la semana por debajo de los 605 metros (604,80). En el medio, surgieron cuestionamientos de vecinos y de especialistas por la decisión oficial de mantener el “turbinado” o bombeo de agua desde la represa, a pesar de la bajante del dique.
En efecto, datos oficiales de la Secretaría de Producción dan cuenta de que se inició el año con una extracción de 14 metros cúbicos de agua por segundo. Sin embargo, horas después se determinó que uno de los grupos debía detenerse, reduciendo la extracción a siete metros cúbicos por segundo. En estos últimos días, incluso, el “turbinado” bajó a 3,98 metros cúbicos por segundo.
Escaba es una represa concesionada a Hidroeléctrica Tucumán durante el menemismo, en 1996, por un contrato de 30 años que finalizará a mediados de 2026. El agua del embalse es utilizada para riego y para generar energía; la central está en Batiruana y el bombeo se hace desde el dique.
“Este dique se hizo para provisión de agua de los agricultores, para riego y para la producción de energía, pero este el embalse ya cumplió su vida útil, es tan poca la capacidad que tiene que cualquier variación que produzcan se nota mucho”, comentó José Mercado a LA GACETA, un hombre que se definió como “apasionado” por el Dique, al punto de construir su casa a pocos metros. Sobre las lluvias que se esperan en el verano, el hombre indicó: “Todos los años no son iguales, hay años donde llueve mucho y otros no. Hay que seguir los pronósticos de las cumbres de Catamarca, si llueve mucho allá es seguro que viene la creciente y llena el dique. La lluvia de Escaba no es frecuente, todo viene de Catamarca”.
Sobre los peces que hay en el dique, Mercado asegura que la mayoría son las tarariras y el pejerrey. “El pejerrey desova en las paredes del dique y al haber tanta variación de caudal, que baja y sube, muchas veces los huevos quedan afuera y eso no permite que se desarrollen normalmente”, alertó.
Javier Frizzera, prestador del Ente Tucumán Turismo detalló a LA GACETA de qué manera se vio afectado el turismo deportivo y social en la zona desde mediados de diciembre con la bajante de agua. “No veo necesario reducir la cota de agua y sabemos que en este trimestre no serán tan fuertes las lluvias. Con esta medida, se sufre daño ecológico y ambiental; tenemos especies ictícolas, anfibios y caracoles que han desovado, y en cuanto a lo ambiental nos afectó el esparcimiento, las actividades deportivas, acuáticas y el paisaje”, remarcó. “Lo que se bajó de agua en los últimos 15 días fue exponencial. Para este año esperábamos muchísimo turismo, hoy no hay nadie en la zona”, explicó.
El ingeniero mostró su preocupación por lo que puede suceder en la temporada de verano, subrayando que las actividades que suelen atraer a turistas de toda la provincia no se podrán llevar a cabo. “La última vez que la gente pudo disfrutar de actividades en el agua fue el domingo 22 de diciembre. Si bien ya estaba bajando la cota, hicimos muelles improvisados, la gente se embarró, pero se pudo hacer algo. Para el 1° de enero, nadie se quiso acercar a la orilla, nadie se quiso meter, no se pudo hacer kayak y no se alquilaron botes”, contó.
Según afirmó Frizzera a este diario, el objetivo de los emprendedores, vecinos y del Ente Tucumán Turismo es convertir a Escaba en un lugar turístico estratégico, que sea el núcleo del sur de la provincia y que el turismo diario se convierta en una noche de pernocte: “Aquí tenemos muchas ventajas naturales, a eso le sumamos las deportivas, las culturales y el turismo educativo. En diciembre arrancamos la temporada con un pentatlón, en febrero hacemos un triatlón y en abril hacemos aguas abiertas. Aquí podemos hacer kayak, trekking, cabalgata, cicloturismo y para eso es importante que el dique tenga agua”, Para finalizar, el ingeniero aseguró que la baja cota de agua en el dique producirá daños irreversibles, pero es optimista en que las lluvias en los cerros de Catamarca mejorarán la situación. Sobre las medidas que analizan las autoridades privadas y del Gobierno de la provincia, Frizzera considera necesaria “una mesa de análisis que involucre a gente del Gobierno, pero también de otras áreas idóneas como agrupaciones ambientalistas y al Ente Tucumán Turismo”.
La explicación oficial
En el Gobierno se mantienen atentos y hay un monitoreo diario del embalse de Escaba, principalmente. “No es para preocuparse, hay una cuestión climática que afectó en las últimas semanas y que se puede revertir en estos días”, dijo el secretario de Producción, Eduardo Castro.
El funcionario aclaró que no se pueden cerrar a cero las válvulas, ya que abajo de la montaña hay actividades productivas que necesitan del agua para riego, además de flora y fauna que también deben ser protegidas.
“Vamos a poder recuperar la cota a entre 615 metros y 618 metros, así estamos tranquilos. En estos últimos días ya estamos ‘largando’ lo mínimo desde el dique”, añadió.
En La Angostura, el ingeniero Daniel Gelati precisó que a fines de noviembre abrieron las compuertas y que bajaron el nivel del agua en un metro y medio, aproximadamente. Dijo que se trata de una disposición preventiva para evitar inconvenientes en caso de lluvias en la zona de las cumbres. “En la angostura no podemos permitir que el agua supere el labio del vertedero, por los riesgos que eso generaría en la infraestructura vial y en la gente que vive abajo”, adujo.
En El Cadillal, en tanto, se había tomado una medida similar para regular el bombeo debido a la falta de lluvias en el norte y la cota llegó a estar en 591,8 msnm, cuando debería estar en torno de los 604 metros. Sin embargo, en los últimos días los ríos mejoraron su caudal y la cota se ubicó por encima de los 592 metros.
