Una mujer corría desesperada en pleno centro, en dirección a una esquina donde se encontraban dos policías de la Guardia Urbana. La mujer pedía auxilio a los gritos y detrás de ella corría otra mujer más joven con un bebé en brazos. La abuela y la madre notaron que el bebé no respiraba y empezar a correr en dirección a los efectivos de policía, que estaban apostados en la esquina de Junín y Pasaje Flores.
En medio de la desesperación, una mujer policía tomó al niño en sus brazos y entró corriendo a la sala velatoria de la empresa Flores, que está ubicada en esa misma esquina. La mujer policía colocó al bebé en un sofá de la sala para trabajar más cómoda en las técnicas de reanimación. De pronto se formó un círculo de curiosos alrededor, mientras la abuela y la madre tenían la angustia dibujada en el rostro.
“En ese momento tomé al bebe en mis brazos –dijo Rosa Vizgarra, cabo de la Guardia Urbana-, lo acosté en el sofá, le saqué la ropita y con mucha precaución comencé a reanimarlo. Esos momentos fueron eternos –agregó- y jamás me imaginé que había tantas personas a la vuelta –relató-; le hice reanimación hasta que empezó a respirar y luego empezó a llorar”, recordó emocionada.
La abuela y la madre se arrojaron sobre el bebé para cubrirlo. José Soria, el otro policía que estaba realizando tareas de control en la zona del pasaje Padilla, las contuvo para que su colega siguiera el procedimiento de Reanimación Cardio Pulmonar (RCP). La mujer lleva 12 años en la fuerza y fue la primera vez que le tocó salvar una vida.
Tras la técnica aplicada por la mujer policía, el bebé comenzó a respirar lentamente. Después llegó la ambulancia del 107 y los paramédicos, en moto. Tras revisarlo, lo trasladaron al hospital Avellaneda. Tanto la heroína de la jornada como el oficial Soria resaltaron la importancia de las capacitaciones que se brindan dentro de la fuerza en conjunto con el Sistema de Emergencias del 107 para poder actuar ante situaciones.
