La Unión de Tranviarios Automotor (UTA) de Tucumán resolvió llevar adelante un paro este miércoles, en horario sorpresa y por tiempo indeterminado, confirmó el secretario general del gremio, César González. “No vamos a permitir que queden compañeros en la calle”, insistió el dirigente.
La medida de fuerza fue dispuesta ante el anuncio de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat) de concretar unas 200 cesantías entre choferes de las 14 líneas urbanas que recorren San Miguel de Tucumán.
Los propietarios de las firmas de colectivos firmaron las cartas documento, que se espera comiencen a llegar mañana a los trabajadores. Una vez que esto suceda, explicó González, los delegados de cada empresa acompañarán a los afectados a la sede de UTA y, una vez reunidos todos los casos, se trasladarán a las instalaciones de la Secretaría de Trabajo para efectuar la denuncia correspondiente.
“Además, se resolvió llevar adelante un paro sorpresa”, detalló el líder sindical.
La protesta coincide con el día en que, según anunciaron los empresarios, se comenzará a aplicar la reducción de las frecuencias en un 40% en el ámbito de la Capital.
La modalidad de la medida de fuerza implica que no se anticipará el horario en que tendrá inicio ni finalización. “Si hace falta, también vamos a parar jueves, viernes y el tiempo que haga falta hasta que tengamos una respuesta”, añadió el secretario general de UTA.
“No merecemos esto”
Los empresarios comunicaron que los despidos responden a “razones de fuerza mayor”, y se enmarcan en el contexto de crisis y en la reducción de los servicios en la Capital. De hecho, González confirmó que hasta el momento no se reportaron cesantías en el ámbito de las líneas metropolitanas e interurbanas.
En Aetat estimaron que unos 200 trabajadores serán desvinculados en esta instancia, y si bien advirtieron que sería una disposición por única vez, en el gremio advierten que el complejo escenario del sector podría dejar a otros empleados sin su fuente de ingreso. Por ejemplo, señalaron, a aquel número podrían sumarse más de 80 trabajadores de la línea 11, cuyos propietarios ya tomaron la decisión de renunciar a la posibilidad de continuar brindando el servicio a través de un permiso precario obtenido en 2021.
“Vamos a luchar hasta las últimas consecuencias. La hemos peleado en la pandemia, hemos soportado cobrar el sueldo en dos partes, estuvimos tratando de ponerle la espalda a la actividad para que no queden compañeros en la calle. No nos merecemos esto”, aseveró González.
El dirigente explicó que la medida de Aetat fue un cimbronazo para el sector, que tiene unos 3.000 trabajadores. Y justificó la decisión de recurrir a un paro sorpresivo para tratar de revertir la decisión de Aetat. “No nos dejaron otra alternativa”, dijo.
La expectativa está puesta ahora en si las autoridades provinciales o municipales podrán interceder para revertir este escenario, que se desató a partir de las tensiones entre Aetat y la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
De hecho, UTA ya había amenazado con un paro por falta de acuerdo salarial para el 22 y el 23 de agosto, en medio de las negociaciones en las que demandaban un incremento similar al otorgado a los choferes del área metropolitana de Buenos Aires. En ese momento, finalmente, se logró desactivar la medida de fuerza, en coincidencia con un pedido de los empresarios ante el Concejo Deliberante de la Capital para que se actualice el valor de la tarifa, hoy en $690. Sin embargo, las discrepancias entre empresarios y el municipio se fueron agravando. Y, tras la comunicación de los despidos, UTA resolvió iniciar esta huelga.