A cinco años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, la causa judicial avanza demasiado lento y eso provoca que la verdad parezca cada día más difícil de encontrarse. Mientras tanto, todos los argentinos fueron construyendo una hipótesis de lo que sucedió el 18 de enero de 2015 con el funcionario judicial que había denunciado al poder.
Por eso, miles de personas salieron a manifestarse el sábado bajo la consigna de que fue un magnicidio. Y del otro lado algunos, como el periodista Víctor Hugo Morales, están convencidos de que se suicidó.
Según Víctor Hugo, una de las explicaciones de que no se trató de un homicidio se fundamenta en que nadie hubiese elegido al custodiado departamento del fiscal en Puerto Madero para realizar el crimen. “Si fuera verdad, si lo querías matar a Nisman, tenías ámbitos preciosos donde hacerlo”, dijo en su programa La Mañana, por AM 750. Y agregó: “Lo podías matar en los prostíbulos, donde pasaba su vida. Era el ‘paganini’ habitual de ese tipo de boliches. O lo podías matar en el Caribe, donde pasaba buena parte de su vida con los dineros que le daba el Estado. O lo podías matar por Europa o secuestrarle a una hija que andaba por Europa sin custodia, sin nada. Libremente”.
En la misma columna, el periodista que volvió a C5N explicó por qué el hombre que decía tener arrinconada a la ex presidenta Cristina Kirchner con pruebas del encubrimiento a Irán a través del memorándum de entendimiento entre ambos países, se habría quitado la vida: “El riesgo que descubrió Nisman era el de llegar a la conclusión de que su vida ya no valía nada. Ni frente a la familia, que le dijo cualquier cosa; ni para los espías que ni siquiera lo atendían, por lo bobo, según dijo Stiuso. A Nisman solamente lo usaban los periodistas de Clarín y La Nación tratando de llevar la mejor noticia para la tapa de su diario”.
Luego, agregó: “Dos personajes absolutamente menores y bochornosos de la política nacional, que son Laura Alonso y Patricia Bullrich, lo tironearon del brazo hasta arrastrarlo a la muerte. Porque si a Nisman no se le cruzaban estos que lo querían llevar al Congreso… por ahí uno de los elementos que disparó la bala que sus dos manos apoyaron contra la cien, fue que lo implicaban a ir a afrontar eso, sin una sola prueba de lo que estaba sucediendo”.
“La única salida que él veía era suicidarse: le iban a descubrir las cuentas por la denuncia, había traicionado a sus compañeros y era vituperado por periodistas como Lanata, Geuna y Manguel, que decían que era un tarambana, un delirante, un inventor de cosas sin pruebas. Busquen la nota en Perfil del 29 de noviembre de 2006”, pidió Víctor Hugo, antes de cerrar su columna. Para el periodista, el caso ya estaría resuelto: más allá de lo que la Justicia pueda decir, él está muy convencido del suicidio.