Después de más de dos años, el ex contador de la familia Kirchner, Víctor Manzanares, regresó a los Tribunales de Comodoro Py. La última vez que estuvo allí fue para declarar como arrepentido en la causa de los Cuadernos de las Coimas. En aquella ocasión aportó datos relevantes para reconstruir un circuito de lavado de dinero por 70 millones de dólares que encabezó Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor Kirchner. Ahora, en una nueva ruta de fondos ilegales vinculadas a esas operaciones, fue citado nuevamente y pidió colaborar con la justicia.
Antes de ingresar a Comodoro Py, visiblemente nervioso por la situación, el ex contador de Cristina dijo que “me arrepiento de las decisiones que tomé para llegar donde llegué”. Manzanares se encuentra procesado y esperando el juicio oral a cuyo término se evaluará en cuánto su colaboración como arrepentido reducirá la pena que le den.
El contador debió responder ahora respecto de las maniobras del entorno del ya fallecido secretario Daniel Muñoz, en las que tuvo intervención Carlos Cortez, de quien “se tuvo por suficientemente probado” que exteriorizó fondos “a diversas cuentas en Suiza”. Luego de transferencias internacionales a sociedades, con esos fondos se adquirieron inmuebles en los Estados Unidos para Muñoz.
Según la causa, en 2010 Daniel Muñoz se asoció con Cortez y los socios de éste -Rubén y Leonardo Llaneza, todos ellos relacionados con Víctor Manzanares.
Todos aportaron tres millones de dólares, “cuyo destino fueron diversas cuentas suizas”, según la Justicia. Fue el comienzo de otra ruta de fondos y sobre estos hechos se realizaron nuevas indagatorias, entre las que se incluyó al ex contador de la familia Kirchner.
Al respecto, y antes de ingresar a la fiscalía Manzanares dijo que “hoy estoy muy tranquilo, en familia. No tengo actividad profesional, es parte de las consecuencias de los actos de mi parte”. El contador agregó que “es muy dificil retomar y tener clientes”, y se definió como “un muerto civil. Los hechos están, ojalá pudiera recalcular, pero ya está. Yo me equivoqué absolutamente, ahora es tarde“.
Sobre su relación con los Kirchner, sostuvo que trata de no pensar en la vicepresidenta. “Trato de mirar hacia delante, perdonarme a mí mismo. Lo que haga (la familia Kirchner) es cosa de ellos“.
Según reconstruyó Clarín, en su descargo frente a su círculo más íntimo, fue reiterativo: “Cristina y sus hijos recuperaron el manejo de los hoteles, de Los Sauces, y yo que estuve preso por firmar los balances de ellos y no puedo ni trabajar ni recuperar mi estudio”.
Pasado el mediodía, Manzanares ingresó junto a su abogado, Roberto Herrera, a la fiscalía de Carlos Stornelli, ubicada en el quinto piso de Comodoro Py. Allí se le leyeron los nuevos hechos vinculados a este nueva ruta del dinero.
La primera vez que declaró el ex contador como arrepentido en el caso Cuadernos, fue el 5 de febrero de 2019. Hubo tres ampliaciones más, el 7, el 12 y el 19 del mismo mes. Finalmente, el fallecido juez Claudio Bonadio homologó el acuerdo que le otorgó el status de imputado colaborador, el 21 de febrero del mismo año.
Este lunes, Manzanares repasó sus cuatro confesiones como arrepentido y volvió a ratificar ante el fiscal Stornelli sus dichos. Ante la consulta del fiscal, Manzanares dijo: “Los hechos que se me imputan son a los que hice referencia en mi acuerdo anterior en esta misma causa, habiendo aportado los elementos y documentación correspondientes. Por lo tanto ratifico y me remito al contenido de las actas labradas”, en las fechas en las que declaró como arrepentido.
Una ruta de U$S 5 millones
Para justificar la citación de este lunes, el juez Ercolini indicó que Muñoz se vinculó al rubro farmacéutico en el Sur, y que “así como Víctor Manzanares se constituyó una figura emblemática en el manejo de los negocios de Muñoz, es probable que el protagonismo de Cortez lo posicionara como la figura empresaria más destacada“.
Entonces, se siguió la ruta de fondos que podría haber posibilitado “grandes inversiones en el país, y fuera del mismo. Nos referimos (…) a algunas de las operaciones que Muñoz emprendió en EE.UU., así como al manejo de cuentas bancarias en Suiza. (…) En definitiva, no serían más que movimientos de dinero de un mismo titular, circulando por diversas cuentas en distintos países, que luego culminarían su trayecto en el mismo lugar: las sociedades -más de una docena- que Muñoz constituyó a partir de 2010 valiéndose de terceras personas”.
En total, serían unos 5 millones de dólares los que están en la mira judicial.
Una firma clave
Tras su inicial vinculación societaria con Muñoz “y en el contexto del crecimiento patrimonial desarrollado por Cortez, se encuentra la adquisición de la parte mayoritaria del capital accionario de la firma “SAN UP SA”.
En esa firma hizo eje el fiscal Carlos Stornelli cuando pidió las indagatorias ante el juez. Analizó la adquisición y transferencia del paquete accionarlo de la sociedad SAN UP, y el juez Martínez De Giorgi pidió que se implementen medidas cautelares sobre fondos radicados al exterior que integrarían las operaciones de blanqueo por las que el entorno de Muñoz ya fue procesado en la causa Cuadernos.
El requerimiento de la fiscalía se funda tras recibir la colaboración de las autoridades de la Confederación Suiza, según la cual habrían observado transferencias ordenadas el 7 de diciembre de 2012 desde la cuenta de Carlos Cortez hacia otras que están bajo investigación, por un millón de dólares. Stornelli y Ercolini consideraron que Manzanares podría aportar información al respecto.