Fue el sábado a las 10, cuando un conductor se detuvo en una estación de servicio situada en la ruta 301, frente al complejo Ojo de Agua.
El conductor vio que había un conocido dentro del bar y bajó de la camioneta para saludarlo.
En ese instante, una segunda camioneta estacionó en el lugar. Primero bajó una mujer, que se acercó al bar para hacer de “campana” y recién después descendió un hombre.
Este, haciéndose el distraído, se acercó al vehículo, metió el brazo por un pequeño espacio que había quedado abierto en la ventanilla y hurtó el celular.
Cuando la víctima volvió a su camioneta y advirtió que el teléfono no estaba donde lo había dejado, revisaron las cámaras del lugar y confirmaron que se lo habían robado.