Mientras la atención del gobierno nacional parece centrada en tratar de disminuir al máximo posible la circulación en el área metropolitana, en otros puntos del país la situación es muy delicada. El caso más urgente acaso sea el de Puerto Iguazú, donde la frontera se desbordó por el ingreso de argentinos desde Brasil y advierten que podría generarse un problema sanitario grave.
De acuerdo a los cálculos de las autoridades locales, en los últimos cuatro días ingresaron por el paso fronterizo al menos nueve mil personas. Se trata de turistas que estaban en Brasil o que volaron desde Europa y otros destinos al aeropuerto de Foz de Iguazú, que junto con Asunción es punto de salida y entrada al país de los habitantes de la zona. En cualquier caso, se trata de personas que están obligadas a la cuarentena por venir de zonas en riesgo.
Fuentes misioneras dijeron a LPO que tanto en el gobierno comunal como en el provincial hay bronca con Nación porque se desligaron completamente de la situación. La ayuda es cero, repiten en el gobierno de Oscar Herrera Ahuad
Las medidas tomadas por el gobierno argentino hicieron que el flujo de argentinos al aeropuerto de Foz de Iguazú se multiplicara y, por ende, también lo hiciera el paso a la ciudad misionera. Al mismo tiempo, el aeropuerto internacional de Iguazú tuvo una actividad inusitada. Por ejemplo, este miércoles llegaba un vuelo chárter desde Natal, rentado por una empresa de turismo. A eso se suma que los cónsules argentinos en Brasil recomendaban a los turistas ingresar al país por ese paso.
Esto generó un verdadero colapso en la ciudad turística más emblemática de Misiones, donde cientos de personas esperaban conseguir un transporte para viajar a Buenos Aires y otras provincias. Aerolíneas sacó el martes tres vuelos y tiene programado uno para este miércoles, mientras que el fin de semana salieron alrededor de 60 colectivos repletos.Esto a pesar de la prohibición de circular para el transporte de larga distancia.
Ante este panorama, el intendente Claudio Filippa tomó la inédita medida de bloquear la frontera, lo que generó polémica porque es una decisión que le corresponde al Estado Nacional. Según supo LPO, desde el gobierno hubo reproches al jefe comunal aunque finalmente sacarían un DNU para ratificar la medida.
Bronca con Nación
Fuentes misioneras dijeron a LPO que tanto en el gobierno comunal como en el provincial hay bronca con Nación porque se desligaron completamente de la situación. La ayuda es cero, repiten en el gobierno de Oscar Herrera Ahuad, aliado a Alberto Fernández.
Las fuentes indicaron que el gobernador misionero habló con Agustín Rossi para que le mande aviones Hercules que permitan sacar a los turistas de la ciudad, lo mismo que Nación hizo con los varados en Perú aunque acá se podrían varios vuelos diarios. También le pidió involucrar al Ejercito para controlar la situación. Pero no tuvo respuestas favorables.
Al mismo tiempo desde la provincia están reclamando de manera urgente que les refuercen el personal de Migraciones, que está completamente desbordado, pero sobre todo que les envíen materiales de prevención como barbijos, guantes y alcohol en gel. Los empleados de Migraciones son los primeros en exponerse a las personas que vienen de zonas de riesgo.
Riesgo sanitario
El principal motivo de la histeria que generó en Puerto Iguazú la llegada masiva de turistas es el riesgo de contagios masivos de coronavirus, en una ciudad donde todavía no hay casos positivos. La circulación de miles de personas que vienen de zonas de riesgo elevó las alarmas y llevó al intendente al cierre de las fronteras.
Pero las autoridades dicen que el riesgo es en realidad para todo el país, ya que nadie controla que los turistas que ingresan por tierra luego sigan los protocolos para prevenir contagios. Los micros que salieron el fin de semana hacia Buenos Aires y otros destinos no tuvieron ningún control. Se puede imaginar la cantidad de contactos que pudieron tener a lo largo de los viajes.
La situación (en menor medida ya que no hay aeropuertos internacionales en la zona) tiene correlato en los cruces fronterizos de Paso de los Libres y Bernardo de Irigoyen con turistas que vuelven en autos y colectivos. “No es un problema de logística, es un problema de salud pública. Están dejando que se meta la gente por todos lados”, dijeron fuentes locales a este medio.
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