A los 13 minutos del primer tiempo, Talleres sorprendió a Boca cuando Auzqui se aprovechó de una de las tantas fallas que tuvo la defensa local, para poner el 1 a 0.
El gol cordobés pareció acentuar el desconcierto del xeneize, que durante el primer tiempo nunca encontró los caminos para llegar al arco de Herrera.
Del otro lado, apoyado en un despliegue físico admirable de todo el equipo y en un Valoyes que estuvo intratable, Talleres acercaba peligro en cada avance.
Las desavenencias de las que siempre se habla en el plantel de Boca, aparecieron en medio de la calentura y la frustración, cuando Izquierdoz le reclamó a los gritos a Fabra por una de las tantas escapadas del 7 visitante.
El zaguero le respondió con un golpe de mano abierta en el rostro al marcador central, que primero pareció sorprendido y luego se alejó dejando pasar el incidente.
Así se terminó la primera mitad, con Talleres mucho más firme y aplomado ante un equipo boquense errático, en el que el único que selvaba del aplazo a esas alturas era Carlos Teves.
En el complemento mejoró un poco la performance del local, pero el equipo cordobés siguió firme, ordenado, disciplinado y sobre todo peligroso en atraque, aunque nunca llegó a concretar.
Empujado por la obligación de ser protagonista y a riesgo de dejar espacios, Boca se fue arriba y, a fuerza de centros, puso en apuros al rival que a esas alturas sentía el esfuerzo físico.
Y fue así como a los 37 minutos una pelota aérea mal cabeceada por Santos terminó metiéndose en el arco del delantero que había bajado para ayudar a la defensa y terminó venciéndola.
Quedaba tiempo para que Boca fuera a buscar la hazaña de darlo vuelta y alla fueron los locales, pero en frente tenían a un equipo que no perdió la compostura y se animó a contragolpear.
Con el tiempo cumplido, Rapallini adicionó cinco más. A Boca le venía bien en los papeles, pero en la realidad, terminó siendo su condena, porque en uno de esos contragolpes cordobeses, después de un par de atajadas soberbias de Andrada, apareció Valoyes para sentenciar la historia.
El 1-2 a los 48′ resultó demasiado para el local, que se retiró cabizbajo, cargado de dudas y con los fantasmas de las tensiones internas más visibles que nunca.