“La vitamina B12 es fundamental en el desarrollo de los glóbulos rojos, en el mantenimiento del sistema nervioso central y en el metabolismo de las proteínas. Por lo tanto, una carencia de vitamina B12, implicaría tener un tipo de anemia que se llama megaloblastica donde la persona puede sentirse cansada, con cefalea, y puede acarrear problemas neurológicos como depresión, demencia, alzhéimer, párkinson”, comienza diciendo el referente.
Esta vitamina se encuentra principalmente en los alimentos de origen animal como la yema del huevo, las carnes y en algunos alimentos enriquecidos como yogures o lácteos. Por eso, advierte, los pacientes vegetarianos y veganos suelen tener carencia en su consumo y pueden presentar esas manifestaciones patológicas.
“En el caso de las personas vegetarianas que son quienes pueden comer yema de huevo y lácteos, solamente vamos a suplementar si en una analítica de sangre refleja una deficiencia. Pero en los veganos que son quienes no consumen nada animal, deben consumir suplementos de vitamina B12 en pastillas o inyectables”, afirma.
Y continúa: “Si me gustaría aclarar que este grupo de pacientes, creen que consumen vitamina B12 con la espirulina que es un polvo verde de un alga que está de moda, pero la B12 de la espirulina es un análogo de B12, es parecida pero no es lo mismo y no se absorbe igual. También hay que marcar que pueden tener deficiencia de B12 pacientes que no sean vegetarianos o veganos”.
Entonces, si una persona manifiesta alguna sintomatología como: nerviosismo exagerado, cansancio crónico, cefaleas, hay que concurrir al médico para que pida un analítico de sangre de vitamina B12.
Finalmente, el nutricionista aclara que no hay relación con el calor, es decir que este no puede afectar el aporte de la vitamina B12. “Normalmente por el calor lo que perdemos son electrolitos por transpiración (sodio, potasio, cloro). En este caso la vitamina B12 no se pierde por deshidratación”, termina.
Ministerio de Salud Pública Tucumán