Las calles del microcentro tucumano continúan llenándose de figuras geométricas blancas y de bolas grises o amarillas. Esta semana, en el marco del proyecto de semipeatonalización -llevado a cabo por la Municipalidad capitalina- fue el turno de la calle San Martín al 600.
La zona se caracteriza no solo por ser una arteria de tránsito intenso sino también por la cantidad de bancos y de comercios que allí funcionan. Por eso, a diferencia de otros puntos del centro, este sector semipeatonal contará con más dársenas (tres en total) que servirán para el transporte de caudales y para el ascenso y el descenso de pasajeros.
“En las reuniones previas que mantuvimos con los propietarios y los representantes bancarios se determinó que las dársenas serán compartidas. Al no haber exclusividad, los bancos tendrán que coordinar entre ellos los horarios del transporte de caudales”, comentó Mónica Ailán, subdirectora de Planificación Urbana.
En el Municipio se estima que la obra demorará una semana y, al finalizar este tramo, la semipeatonal se extenderá hasta San Martín al 500.
“La primera etapa del ensanche concluirá al llegar a la calle 25 de Mayo. En la segunda parte del proyecto se incluirá la cuadra del Mercado del Norte porque la gente está acostumbrada a bajar a la calle para poder cruzar o caminar”, detalló Ailán.
Aunque a muchos conductores no les termine de cuajar la idea, la reducción del espacio para los vehículos seguirá imponiéndose en el paisaje urbano. “Los cambios van a seguir por las calles Maipú (entre Córdoba y 24 de Septiembre), Congreso (sobre Las Piedras y San Lorenzo) y Muñecas (entre Córdoba y San Juan)”, detalló Luis Lobo Chaklián, subsecretario municipal de Planificación Urbana.
“Una vez que se adjudique la obra, el proyecto de la plaza Independencia también incluirá la peatonalización de las veredas frentistas al espacio verde -añadió Ailán-. Y a futuro habrá calles donde ampliaremos el paso peatonal al otro carril para que se complete el acceso a pie”.
¡A no estacionar!
Sobre la cuestión de las semipeatonales, a fines del mes pasado el descontento por parte de los taxistas desembocó en una protesta en San Martín y 25 de Mayo. El motivo fue que, a medida que se reduce el espacio para los autos, las paradas tubo que utilizaban para estacionar y aguardar a sus pasajeros van siendo eliminadas o reubicadas en otros sectores.
“Al centro la gente no solo viene caminando. Las paradas son necesarias para los clientes que van al banco con mucho dinero encima o para los jubilados con problemas físicos”, afirmó el taxista Juan Carlos Contreras.
Por otra parte, en San Martín al 500 se encuentra el acceso a los jardines de infantes del Colegio Santa Rosa. Allí habrá dársenas para que los padres puedan estacionar.
El lado B
Aunque los bocinazos sigan escuchándose en las horas pico, son muchos los transeúntes que elogian las ventajas que genera el hecho de que las veredas hayan sido ampliadas. “Antes era complicado poder pasear con el carrito para bebés por la zona de la 25 de Mayo. Por la cantidad de gente, las esquinas se volvían un embudo y, la verdad, prefería ir por otro lado”, comentó la comerciante Clara Carabajal.
Como suele ser habitual en Tucumán, los vándalos ya dejaron sus huellas en estas estructuras. Los operarios de la Agencia de Protección de Espacios Públicos destacaron la ruptura de maceteros y el robo de esferas de hormigón. Estos daños se suman al hecho de que son varios los automovilistas y los motociclistas que utilizan las peatonales como estacionamiento, a pesar de que está prohibido.
“Me encanta que el centro, poco a poco, vuelva a ser de los caminantes, pero siento que los trabajos no se pensaron bien. Por ejemplo, la pintura blanca de las demarcaciones ya está sucia y raspada -criticó la transeúnte Guadalupe Arias, refiriéndose al tramo semipeatonal que va por la 25 de Mayo hasta la calle San Juan-. Ahora, incluso, hay bolas amarillas para suplantar las que se comieron los conductores mientras manejaban”.
Pese a la división de opiniones entre los peatones, los conductores y los comerciantes, en opinión de Enrique Romero el proyecto ya muestra algunos resultados positivos.
“Puede verse una menor congestión vehicular gracias a que ya no hay autos estacionados en la zona. Desde el comienzo, nuestro objetivo fue privilegiar al peatón y revalorizar el casco histórico”, indicó el funcionario.