El crimen de Priscila Paz, la muchacha que fuera asesinada en julio del año pasado ya tiene requerimiento de elevación a juicio.
Desde el Ministerio Público Fiscal se informó que a través de la Fiscalía Criminal II del Centro Judicial Capital (CJC), subrogada por la doctora María del Carmen Reuter, en ese momento las fiscalías todavía no estaban especializadas, se formuló el requerimiento de elevación a juicio de la causa en la que se investigó el asesinato de Priscila Daiana Paz, la joven madre que fue privada de la libertad a la salida de su trabajo, un hotel alojamiento de El Manantial, en la mañana del domingo 22 de julio de 2018; y cuyo cuerpo fue hallado nueve días después, en una plantación de caña, el martes 31 de julio.
Fueron imputados como coautores responsables y voluntarios por el delito de “privación ilegítima de la libertad en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento”: Juan José Dante Gómez, Héctor Jesús Ledesma, Facundo Damián Miranda, Walter Patricio Miranda, Franco Emanuel Ogas y Yanina Paola Rojas. Víctor Hugo Carabajal fue acusado como partícipe necesario y voluntario de los hechos investigados. En tanto, Luciana Erika Solange Alderete y Verónica Vanesa Argota fueron imputadas por “encubrimiento”.
“No caben dudas que los imputados coautores y partícipes necesarios del hecho actuaron con absoluto desprecio por la vida humana, … no puede atribuirse el acontecer a uno solo de los imputados, sino a todos y cada uno de ellos, ya que el fallecimiento de Priscila no fue productor de un acontecer natural, sino por el contrario, fue provocado por varias personas, que la asfixiaron y le asestaron golpes en todo el cuerpo hasta provocarle su óbito”, expresó la fiscal Reuter, al fundamentar el pedido de elevación a juicio del caso.
Los hechos
Según la teoría del caso, a las 7.30 del 22 de julio de 2018, Priscila salió de su trabajo, un hotel alojamiento ubicado junto la ruta 301. En esas circunstancias fue interceptada por Juan José Dante “El Salteño” Gómez, quien mediante engaños la llevó hasta una vivienda sin moradores en el barrio Ampliación Elena White, donde se encontraban: Héctor Jesús “Pocho” Ledesma, Walter Patricio “Borolo” Miranda. Franco Emanuel Ogas, Facundo Damián “Cancán” Miranda, Yanina Paola “Kingkona” Rojas y Víctor Hugo “Tutuy” Carabajal .
En ese lugar, mantuvieron privada de la libertad y despojaron de su celular a Priscila, a quien le propinaron golpes en el rostro y en otras partes del cuerpo con un elemento contundente, agrediéndola también con golpes de puño y patadas; además, comprimieron su cuello para asfixiarla, produciendo como consecuencia una gran agonía y posterior fallecimiento. Luego, a los fines de evitar ser descubiertos, rompieron el teléfono de la víctima y lo ocultaron en el fondo de la casa de “Borolo” Miranda, en el mismo barrio.
Los captores, todos ellos adictos a las drogas, según costa en los informes y declaraciones, golpearon a Priscila: “Haciéndole padecer sufrimientos extraordinarios por la brutalidad con la que la atacaron”. Con la finalidad de hacer desaparecer su cuerpo, lo cargaron en una camioneta y lo depositaron, tiempo después, en una finca de caña cerca al lugar donde residía la víctima junto a su familia. El 31 de julio, el cadáver de la joven fue hallado en un cañaveral ubicado a la vera de la ruta 301, en la localidad de San Pablo.
El teléfono
Previo a ser privada de la libertad y despojada de su celular, Priscila logró enviarle un mensaje a su amigo Cristian Sarmiento, a quien alertó sobre la situación que sobrevendría a continuación. A partir de los informes de la empresa de telefonía, se pudo establecer que el día de los hechos, “Borolo” Miranda llamó a su madre, Elva Eugenia Miranda, desde ese aparato, registro que fue borrado por la misma posteriormente. Al prestar declaración, la mujer contó que su hijo le pidió que guardase ese número ya que el celular le pertenecía.
Se trata del mismo aparato en el que Luciana Erika Solange Alderete ingresó una tarjeta SIM a su nombre, el día siguiente a la desaparición de la joven.
En el celular de Priscila fueron insertados dos chip. A través de las investigaciones realizadas por la Fiscalía y el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) del MPF, se logró determinar que las comunicaciones que se captaron de estos dos números mencionados, tuvieron lugar en los barrios Elena White y Ampliación Elena White.
La camioneta
Respecto a la camioneta Chevrolet S10 perteneciente a “Pocho” Ledesma, fue secuestrada y sometida a las pericias correspondientes, lográndose detectar manchas de sangre correspondientes al perfil genético de la víctima en el interior de la caja del vehículo y en la compuerta de la misma, además de otros sectores, como el cubre-caja.
En el vehículo fue hallado un cepillo, que también fue analizado, arrojando los resultados de esos estudios que presentaba manchas de sangre coincidentes con el perfil de Priscila. Cabellos hallados en ese rodado también serían de la víctima.
“Las cuidadoras”
De acuerdo a información proveniente del requerimiento de elevación a juicio se desprende que, basándose en nuevas declaraciones de testigos en el marco de la pesquisa, se pudo establecer que Verónica Vanesa Argota y Yanina Paola “Kingkona” Rojas eran las encargadas de cuidar y darle de comer a Priscila mientras estuvo cautiva. Ambas habrían recibido drogas a cambio de cumplir esa tarea.
El chofer
El testimonio de Hugo Ramón Miranda, cuñado y chofer de “Pocho” Ledesma, terminó por confirmar la teoría del Ministerio Fiscal en cuanto a la participación de los imputados en la desaparición y posterior muerte de Priscila. A partir de su relato se desprende que “Pocho” Ledesma es un importante transa del barrio en el que residía. De su versión surge que el domingo, día en el que ocurrieron los hechos, Ledesma estaba consumiendo drogas junto a sus hijos “Borolo” y “Cancán” Miranda y “Tutuy” Carabajal y Franco Ogas.
A ese lugar llegó “El Salteño” Gómez cerca de las 6.00 de la mañana, y fue quien buscó y llevó hasta ese lugar a Priscila. Esa versión indica que “Pocho” Ledesma atacó y estranguló a la infortunada joven.
Miranda, quien falleció en el curso de la investigación, contó que por la noche cargaron el cuerpo y lo arrojaron cerca de una fábrica de levadura. Dijo además que él, “Pocho”, “Tutuy” y Franco fueron hasta ese lugar en la camioneta de “Pocho” , cargaron el cuerpo y lo arrojaron en los cañaverales donde posteriormente fue encontrado.