La construcción de la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner, entre Tratayén (Neuquén, en Vaca Muerta) hasta Salliqueló (Buenos Aires) es una obra a la que todo el mercado energético mira con atención.
Es imperioso ampliar la capacidad de transporte de gas natural, próxima a saturarse gracias a los buenos resultados del Plan Gas.Ar y el aumento en la producción de la Cuenca Neuquina.
El proyecto de ley de Presupuesto 2022 girado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, otorgó fondos por $ 57.088 millones (menos de u$s 550 millones) para este ducto, que en el sector consideran insuficiente para lanzar la licitación.
“Serviría para dejar el caño enterrado e inconcluso. Así vamos a tener que importar más barcos con gas licuado o gasoil”, se quejó una fuente que pidió reserva de nombre. Es que la primera etapa de ese gasoducto demanda cerca de u$s 1200 millones.
En una reciente ampliación presupuestaria (Decreto 489/2021), la Secretaría de Energía obtuvo unos u$s 120 millones para ampliar la red de transporte de gas hacia el norte, mediante el Gasoducto Centro Oeste. Ese dinero se podría aplicar al “Néstor Kirchner”, pero en el mercado piensan que no alcanza.
Sin embargo, una fuente oficial señaló a El Cronista que la obra hacia el sur se realizará junto a la construcción de un gasoducto entre las localidades bonaerenses de Mercedes y Cardales (se presupuestaron u$s 50 millones) y que “harán historia”.
Así las cosas, el futuro de la obra pública energética parece estar atado a un acuerdo macro con China, que incluirá financiamiento en infraestructura pero también viene condicionado por otras cuestiones estratégicas para el país asiático, como la base espacial de Neuquén, las redes de telecomunicaciones en 5G y la Hidrovía.