El kirchnerismo luego de la histórica derrota del pasado 12 de setiembre, recurre a una irresponsable medida que ya fracasó en los principales países del mundo. No importa la vida de los argentinos, importa ganar para ellos y su impunidad.
En el kirchnerismo están absolutamente desesperados por un voto y lo peor es que se les nota mucho. Ya no hace falta barbijo al aire libre, reuniones sociales sin límites de personas, vuelve el fútbol con público el primero de octubre con un aforo del 50%, vuelven los boliches con un aforo del 50% y se habilita el ingreso de turistas. Conclusión, perdimos las elecciones, entonces se terminó el coronavirus.
El Gobierno nacional ya no se acuerda de que hicimos la cuarentena eterna, de que se robaron vacunas, de que cerraron las escuelas un año y, debido a que no rindió electoralmente el asunto del pésimo manejo de la pandemia es que se comieron una paliza. Es por ello que Alberto Fernández se dio cuenta que fueron los peores dos años de nuestras vidas, pero el problema es que fueron los peores dos años nuestras vidas por culpa de ellos.
Y es que el presidente de la Nación, fue el que nos increpaba de la peor manera. Es por ello que hoy es el día para no olvidar las cosas que nos decían, justamente, ahora que abren todo. Hoy que abren todo no hay que olvidar que el kirchnerismo destrozó la matriz social económica, psicológica, educativa de la República Argentina, tienen que saber que el daño ya está hecho y que la gente no es tonta.
Nada de lo que hicieron va a ser gratuito, ya lo pagaron una vez y lo van a volver a pagar en noviembre si la gente no cierra los ojos. En ese marco, cabe recordar que, de acuerdo a un estudio del CIPPEC, siete de cada diez alumnos tienen dificultades para comprender un texto a raíz de la pérdida de días de clase. Es por ello que el gobierno tiene que hacerse cargo del desastre que hizo.
Y el desastre que provocaron no lo arreglan ni con Juan Manzur ni con Aníbal Fernández. Recién ahora con los anuncios de clases los sábados es que se dieron cuenta de que la gente estaba enojada, paliza mediante, y ahora abren las escuelas. En ese sentido, es lo mismo que hacen con los Manzur como Jefe de Gabinete, y es que esto se debe a que el norte del mapa fue la única alegría peronista.
Y es que las únicas siete provincias donde ganaron son del norte: Tucumán, Catamarca, Salta, Formosa, Santiago del Estero y La Rioja. Hoy el norte argentino es el único bastión del peronismo, por eso Manzur es el elegido ya que tienen en común estas provincias que poseen mucho empleo público, mucha dependencia del Estado, mucha pobreza y atraso, algo que es verdaderamente lamentable.
Ahora, resulta que para Manzur la pandemia ya termina, es decir, mientras el mundo sigue de cerca las nuevas cepas, el Jefe de Gabinete libera todo. Esto implica que Manzur fue puesto para pretender darle a la gente una idea de que la Argentina está excelente. Y es que se trata de un gobierno que después de fundir a gran parte de la Argentina con la cuarentena eterna pareciera que de pronto quiere que se termine la pandemia por decreto.
Pero lo lamentable de todo esto es que lo hacen con la irresponsabilidad de jugar con la vida de los argentinos por tan sólo un mísero voto. En ese sentido, cabe recordar que medidas de este tipo, que a todas luces se ven apresuradas, son las mismas que experimentaron Israel, Francia y el Reino Unido cuando manifestaron que no era obligatorio el uso del barbijo y tiempo después tuvieron que volver atrás.
Y es que el gobierno decidió recurrir de forma apresurada a estas medidas en un hecho que parece que es más bien una forma de reírse en la cara a la sociedad argentina. Y para ello colocaron a Manzur al frente del Gabinete de Ministros, con el único fin de venderles espejitos de colores a los habitantes de este país cuando viene de gobernar una provincia verdaderamente pobre.
En ese sentido, cabe recordar que estuvo al frente del área de Salud en tiempo de la desnutrición infantil, justamente en la época de Cristina Kirchner como presidenta de la Nación. Sin embargo, hoy pareciera haberse reconvertido por la fuerza del relato en un ministro estrella, cuando gobierna una provincia detonada por todas partes en materia de inseguridad, pobreza y un creciente narcotráfico.
Decidieron entregarse a personajes como Manzur porque están desesperados por unos cuantos votos, al punto de que la reputación ya no importa. En esa línea, se conoció una encuesta de la Universidad San Andrés que habla acerca de la de imagen negativa de los dirigentes kirchneristas: Kicillof 71%, Alberto Fernández 72%, Cristina y Máximo Kirchner 77%. En definitiva, se trata de un acto de desesperación porque saben que está en juego su libertad.
