Hay un clima muy enrarecido en el Gobierno. Están los pocos optimistas incurables que sueñan con una “remontada épica” en la provincia de Buenos Aires. Y están los que hablan de un “estallido” del Frente de Todos en dos o varias partes, como consecuencia de una probable derrota inédita, con cifras de catástrofe. Es decir, perdiendo por más de 10 puntos a manos de Juntos por el Cambio a lo largo y a lo ancho del país.
Perdiendo, por primera vez, desde 1983, el quórum en el Senado, donde Cristina Kirchner reina y gobierna. Con la posible pérdida de la mayoría simple en Diputados. Con victorias deslucidas o derrotas aplastantes en distritos donde el peronismo y Cristina Kirchner solían ganar con el 60 o el 70 por ciento de los votos. ¿Y cómo se plasmaría el estallido del Frente de Todos? Con el divorcio definitivo entre los componentes de la fórmula presidencial contra natura.
Es decir, Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Con la posibilidad de que la vicepresidenta y los integrantes La Cámpora, incluido Máximo Kirchner, pasen de ser gobierno directamente a la oposición, sin escalas, y empiecen a tirar piedras desde “la clandestinidad”. ¿Para qué? Para conservar el capital simbólico o para llegar, bien despegados, a las presidenciales de 2023. ¡Como si no fueran tan responsables del desastre como Alberto Fernández!
También se habla, dentro del Gobierno, de otra hipótesis más inquietante, una que contemplaría una eventual renuncia del Presidente. Renuncia que, a su vez, daría lugar a la asunción de Cristina Kirchner o el llamado a una asamblea legislativa para elegir un reemplazante, como sucedió después de la dimisión anticipada de Fernando De la Rúa, en diciembre de 2001.
Ahora, los análisis con el dólar a 200 pesos, son más desalentadores todavía. Por ejemplo, los jubilados de la mínima pasarán a cobrar, el mes que viene, poco más de 130 dólares. Al mismo tiempo, Cristina Kirchner, va a empezar a embolsar 12 mil dólares por mes, más un resarcimiento de 600 mil dólares, como producto de sus dos jubilaciones de privilegio. Un matrimonio con dos hijos en edad escolar necesita 540 dólares para vivir. Es decir, casi 109 mil pesos.
Sobre la posibilidad de que Alberto Fernández renuncie y Cristina Kirchner asuma, mejor ni pensar porque no sabemos si pasaría el mínimo filtro de la aceptación social. ¿Pero quiénes, entre los que se encuentran dentro de la línea sucesoria, estarían en condiciones de hacerse cargo y ser tolerados? Porque después de Cristina Kirchner le correspondería al presidente previsional del Senado, Claudia Ledesma Abdala.
Se trata de la esposa del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, e incondicional de Cristina, y en caso de no poder o no querer hacerlo, le tocaría al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Y luego, en el caso de que no pueda o se niegue, le correspondería al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti. La imagen negativa o el rechazo social que acumulan algunos de ellos, según la encuesta de la Universidad de San Andrés.
Alberto Fernández: 72 por ciento de imagen negativa. Cristina Kirchner: 75 por ciento de negativa. Sergio Massa: 75 por ciento de imagen negativa. ¿Alguien cree que estarían en condiciones de agarrar el timón de este barco escorado? Por eso, el llamado de Máximo Kirchner, en el último acto público en el que participó, parece más una amenaza que una posibilidad real. Pero hay que estar atentos.