Una denuncia por el robo de celulares desencadenó en una investigación que llevó a la Justicia a concretar 35 allanamientos en San Cayetano. Como resultado, se secuestraron drogas, armas, documentación y una camioneta.
El megaoperativo fue comandado por Ernesto Salas López, a cargo de la fiscalía de Robos y Hurtos II, quien explicó que todo el trabajo comenzó con la denuncia de un arrebato, ocurrido en la esquina de las avenidas Pedro Aráoz y Brígido Terán.
Según la Justicia, en ese cruce los delincuentes aprovechaban la distracción de los automovilistas para despojarlos de sus celulares y otros objetos de valor.
“Es una medida ordenada por la Fiscalía después de un trabajo de investigación que se realizó a través de las fuerzas de Gendarmería y el ECIF, en la que se investigó el modus operandi relacionado al robo de celulares en una zona precisa de San Cayetano. A partir de ahí se hizo un seguimiento donde puede haber personas implicadas en este tráfico de elementos robados”, detalló Salas López.
Una vez obtenido el botín, el delincuente escapaba en una moto, conducida por su cómplice, que lo ayudaba a huir con dirección hacia San Cayetano. En ese barrio, los equipos eran decodificados y luego introducidos al mercado negro para su posterior venta.
“Estamos hablando de una organización para que el robo tenga estos resultados. Se necesita quien sustraiga, decodifique, encuentre al cliente, lo venda y lo esconda, es decir, que no lo hace una persona”, detalló el funcionario judicial.