Germán Alfaro no puede con su (mal) genio. Quiere aplastar la cabeza del intendente de Yerba Buena (políticamente, claro) de la misma forma que Robert De Niro lo hizo interpretando a Al Capone en la película “Los Intocables”. Y es que no puede tolerar que el mandatario municipal de la “Ciudad Jardín” proponga sacarlo del ring político antes de tiempo. Es por ello que quiere su cabeza en charola de plata.
En ese sentido, no pasa un solo día de la presente semana en la que no mande algún “empleado” para que “acomode” a su par de Yerba Buena. En ese marco, ahora fue el turno del subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Enrique Romero. Se trata de la mano derecha de Germán Alfaro, quien, fiel a su estilo, criticó la postura del intendente de Yerba Buena, Mariano Campero.
Cabe recordar que fue él quien, días atrás, sostuvo que la candidatura de Roberto Sánchez a gobernador en 2023 “no se negocia”. Es por ello que, ni lerdo ni perezoso, Romero dijo que “Campero es como la tortuga bicéfala, que confunde el trayecto porque una de las cabezas le indica a ir una hacia la derecha con Bussi y la otra al abismo”, dejando en claro cuál es el otro gran enemigo de Alfaro: Ricardo Bussi.
Según el funcionario, “no es malo que se aferre a la lógica que lo hace libre, aunque sea a costa de hacer el ridículo, ya que lejos de buscar la unidad, que no implica uniformidad, solo intenta dinamitar a la oposición jugando para el oficialismo”. “Campero –continuó- no entiende que llegará el momento en que, como la tortuga bicefala, intente esconder las dos cabezas para resguardarse del ridículo, pero una va a quedar a fuera, perfectamente visible a sus fines inconfesables, y ahí va a entender que del ridículo no se vuelve”.
Romero consideró “grotesco” plantear la candidatura del radical Sánchez como condición sine qua non, “cuando las aspiraciones gubernamentales se pueden resolver en una PASO, sin detonar al espacio”. “Sus declaraciones calientes y picantosas eluden la realidad de un pueblo pobre en una provincia rica, y como si fuera un timbre de gloria solo expresa su intransigencia simpáticamente desvergonzada”, expresó.
Continuando la misión de “apalear” a campero, Romero se preguntó: “¿Qué tipo de inteligencia posee alguien que, para sentarse a la mesa, en lugar de acercar la silla, tiene que mover la mesa hacia la silla? Una mesa frágil, pero llena de esperanzas de que se puede cambiar y sacar al pueblo del ostracismo, la inseguridad, la falta de trabajo y el narcomenudeo”, cerró la mano derecha de Alfaro.