En el marco de la polémica generada en torno a la supuesta imposibilidad de aplicar en los hechos la conocida como Ley de Acoso Callejero, son muchas las voces que se han escuchado en los últimos días. Sin embargo, ninguna generó tanto ruido como la de la legisladora provincial, Sara Alperovich, hija del ex gobernador, José Alperovich.
Esto se debe al hecho de que dijo ayer que “las mujeres necesitamos respuestas del Estado”. Todo el mundo está de acuerdo con la consigna. El problema pasa por el hecho de que es el propio estado, por medio del Poder Judicial, el que le está dando la espalda a la joven Florencia León, quien denunció que fue violada por su propio tío.
El asunto es que el denunciado es nada menos que el propio José Alperovich, sobre quien pesa la grave acusación realizada por su propia sobrina. Una joven que, al cumplirse un año de su denuncia, expresó en una carta pública que “sigo esperando, día a día, respuestas, investigaciones serias, medidas, justicia”.
Pero está claro que siguió esperando, ya que manifestó que “mientras espero, acumulo demoras poco profesionales. Y mientras acumulo esas demoras miro a mi alrededor y advierto que ni el horror que me tocó vivir, ni los infiernos que atraviesan miles de mujeres y niñas son suficientes para que traten las causas con la responsabilidad y debida diligencia que merecen”.
Esas declaraciones dejan en claro que Florencia no está teniendo respuestas del Estado como reclama su prima, Sara Alperovich. Sin embargo, cabe aclarar un asunto importante. El reclamo de la legisladora no contempla el pedido de quien denunció a su padre. ¿Es que acaso no merecen justicia todas las víctimas de violación?
Ya que tanto declama Sara Alperovich que las instituciones les deben respuestas a las mujeres, ¿Qué pensará acerca del destrato de las mismas para con su propia prima? “Ir a la Justicia representa un verdadero desafío, en el que experimenté un vértigo estremecedor que logré aliviar con la templanza que me otorga la certeza de la verdad”, dijo Florencia.
Y es que de esta manera la joven viene dejando en evidencia la revictimización que sufre de parte del Estado por la falta de respuesta a su denuncia. Pero no sólo eso. También alertó acerca del “espanto de lo atravesado y de lo que genera estar frente a un sistema que intimida, contando con lujo de detalles los abusos a los que fui sometida”.
¿Acaso no tiene vergüenza Sara Alperovich de destacar la importancia de las políticas con perspectiva de género, cuando el caso de su prima no avanza ni siquiera para atrás? Las propias palabras de la legisladora la condenan. No en vano, la frase indica que el pez por la boca muere. Algo que parece obviar a propósito la dirigente política.
“El que ya se hayan presentado varias denuncias de acoso callejero, a partir de la sanción de la ley, sin que haya entrado en vigencia, es una clara muestra de la necesidad por la que atravesamos las mujeres de encontrar contención frente a éste tipo de violencia hoy naturalizada”, afirmó Sara Alperovich.
¿Y las desgarradoras palabras escritas por su prima en una carta pública no representan acaso una clara muestra de la necesidad de encontrar contención? ¿Acaso la vida de su propia prima no vale la pena para que el estado que la legisladora reivindica como presente, lo este en el caso de Florencia León?
Si la frase dice que la mentira tiene patas cortas, la hipocresía debe arrastrase para poder seguir andando. ¿Se sentirá como una verdadera hipócrita Sara Alperovich? ¿Aplicará la máxima de Juan Domingo perón que decía que al enemigo ni justicia? ¿Considera a su propia prima una enemiga a la que ni siquiera hay que dar continuidad a su denuncia?
La parlamentaria aseguró que la “Ley de Acoso Callejero” puso sobre la mesa, el debate sobre la necesidad de sancionar este tipo de conductas. Si el acoso callejero merece ser sancionado, ¿Acaso no es infinitamente más grave la denuncia de violación que una mujer realice en la justicia? ¿Entonces por qué su prima no recibe justicia?
La denunciante del ex gobernador describió la lentitud con la que se desarrolla la investigación por abuso. “Denuncié penalmente a José Alperovich por hechos de violencia sexual, física y psicológica contra mi persona, ocurridos tanto en Buenos Aires como en Tucumán, desde diciembre de 2017 hasta mayo de 2019”.
“Al día de la fecha mi causa aún no tiene definida su competencia, cabe aclarar que las denuncias son distintas por eso su asentamiento en cada jurisdicción según corresponda”, detalló en noviembre del 2020. Es decir, desde entonces pasaron 15 meses más de absoluta impunidad. Casi dos años y medio desde que realizó la denuncia formal.
¿No es tiempo suficiente para que Sara Alperovich entienda que el Estado en general y las instituciones en particular le vienen fallando de forma sistemática a Florencia León? Es repulsivo que a la impunidad la secunde la hipocresía de alguien que conoce perfectamente que a su prima el Estado la abandonó a su suerte. La verdad no es mala, es malo que no tenga solución.