“Moderación o pueblo”, se titula. Y se pregunta: “¿Unidad para qué política? ¿Unidad que garantice la transferencia de recursos desde los trabajadores hacia el capital? ¿Unidad que rompa el contrato electoral y en la que los trabajadores resultan perjudicados?“.
Es contundente, y su publicación augura más revuelo interno.
Se trata de solo uno de los fragmentos del documento de nueve páginas al que accedió Clarín y que un grupo de intelectuales, periodistas, académicos, artistas y referentes de la cultura que adhieren al kirchnerismo firmaron este lunes en respuesta a la carta que la semana pasada publicaron desde un sector que defiende a Alberto Fernández, titulada “La unidad del campo popular en tiempos difíciles”, con un pedido desesperado para sostener la cohesión interna.
Según confirmaron a este diario, el texto tiene el aval de La Cámpora. Dicen incluso que la agrupación fundada y liderada por Máximo Kirchner lo impulsó tras bambalinas. Y se enmarca dentro de la tensa discusión que se agudizó en los últimos días tras el rechazo K al acuerdo con el Fondo Monetario aprobado por el Congreso, y el ataque al despacho de Cristina Kirchner, que terminó de romper el vínculo entre el Presidente y su vice: el Gobierno se encargó de remarcar que ni la ex Presidenta ni su secretario privado respondieron ese día las llamadas del jefe de Estado.
De hecho, el canciller Santiago Cafiero publicó una carta personal este domingo en el sitio El Cohete a la Luna en el que reconoció “el momento político crítico” del Frente de Todos, y pidió por más diálogo interno.
“La ‘Unidad’ del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021 cuando más de cuatro millones de electores que lo acompañaron en el año 2019 ya no lo hicieron en las elecciones de medio mandato. Reconstruirla es el objetivo”, enfatiza el documento K que se terminó de pulir este lunes y que entre sus primeras firmas destacan las de Roberto Salvarezza, Adrián Paenza, Alberto Kornblihtt, Rita Cortese, Victoria Onetto, “Dady” Brieva, Marcelo Figueras, “Mempo” Giardinelli, Telma Luzzani, María Seoane, Luisa Kuliok, Sandra Russo, Eduardo Basualdo -padre del subsecretario de Energía- y Cinthia García, entre otros.
Contiene, en esa línea, fragmentos muy duros sobre la gestión encabezada por Fernández, que el viernes anunció el inicio de la “guerra” contra los aumentos de precios con instrucciones a su gabinete económico, apuntado desde hace rato por el núcleo duro de la coalición.
“La política gubernamental ha llegado a su punto más trágico: la preparación de escenarios de anuncios en donde no se realizan anuncios. Es la práctica fallida de anticipar políticas que no se concretan: el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas. Es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia. Deciden bajarle la intensidad a la política y, como efecto no deseado, suprimen a la política. Proponen ir despacio pero terminan inmóviles. Pretenden hablar suave pero se vuelven inaudibles. Todo lo que se presenta moderado termina siendo débil y sin capacidad transformadora. Es necesario recordarlo: los gobiernos no se evalúan por sus intenciones sino por sus eficacias”, resalta el texto.
La semana pasada, referentes que respaldan al Gobierno habían pedido por carta aplacar las tensiones y sostener la unidad, como sea. “(…) En varios casos la unidad vive procesos de tensión y podría terminar en un proceso de alta fragmentación. Donde eso ocurra -y esta es nuestra principal preocupación, aquello que motiva este escrito- habrá un camino expedito para el retorno del neoliberalismo”, suscribieron funcionarios y referentes como Alejandro Grimson, Ricardo Forster, Cecilia Todesca, Miguel Cuberos, Victoria Banegas, Nahuel Sosa, Guillermo Carmona, Daniel “Tato” Catalano y periodistas como Edgardo Mocca y Eduardo Aliverti, que el fin de semana imploró para que se retomen las conversaciones entre el Presidente y Cristina Kirchner.
La respuesta que idearon desde las usinas de la intelectualidad K es lapidaria. Y el título remite al escrito de la semana anterior que menciona a la “moderación” como un salvoconducto para la crisis: “No es buena o mala en sí misma (…) Hay momentos en la historia en los cuales la moderación puede ser transformadora y la radicalización impotente”.
“La debilidad de la diferenciación discursiva de ambos proyectos se extendió al diseño de la política: en el último trimestre de 2020, con la centralización de la estrategia económica en torno a los lineamientos del FMI (focalización de la política fiscal y contracción monetaria), comenzó un camino de ajuste relativo. Esta política económica se extendió hasta las elecciones PASO de 2021. Sólo comenzó a corregirse en el último trimestre de este año. Por supuesto que la crisis global producida por la pandemia sanitaria explica parte de la debacle electoral en las elecciones legislativas de 2021. Pero no es el único factor: a ello hay que sumarle las políticas de ajuste implementadas por nuestro propio gobierno“, subraya el documento.
Son, palabras más, palabras menos, las mismas críticas públicas que La Cámpora viene sosteniendo en los últimos meses, y Cristina Kirchner en privado, en torno al acuerdo con el FMI impulsado por Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán.