Germán Alfaro comienza a quedarse cada vez más solo en su pésima administración. Y es que su camaleónica conducta política a lo largo de su carrera ha comenzado a pasarle factura. En ese marco, José Luis Ruiz, asesor del secretario de Gobierno de la Municipalidad, Rodolfo Ocaranza, presentó su renuncia indeclinable a la Intendencia. De esta manera, el horizonte del alfarismo se ensombrece cada vez más.
“Me resulta imposible continuar acompañando la política de alianzas del señor intendente, cuya pertenencia originaria al campo nacional y popular se desdibuja continuamente mientras se constata a diario su interés en disputar el liderazgo de frentes integrados por fuerzas políticas que cuando gobernaron los destinos de la Nación se mostraron preocupados por defender intereses contradictorios con las necesidades de las amplias mayorías empobrecidas del pueblo argentino”, dijo Ruiz.
Y agregó: “como hombre de pensamiento humanista y socialcristiano, respeto, pero no comparto estos posicionamientos que se mimetizan con proyectos neoliberales y conservadores obturando la posibilidad de reintegrarse con sectores que mantienen en alto las banderas de la solidaridad, la justicia distributiva y la soberanía política, gesto que en vano esperé pacientemente”.
La dimisión de José Luis Ruiz se suma a otras elevadas recientemente en la sede de 9 de Julio y Lavalle. Primero fue el subdirector de Higiene Urbana, Damián Márquez, hijo del ex senador peronista secuestrado y asesinado durante la dictadura militar, que pegó el portazo cuando el intendente recibió al líder de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, hijo del ex gobernador, Antonio Bussi.
Luego fueron Daniel Palacio, ahora ex director de la Juventud municipal, y Pablo Antonio Guerrero, ex subdirector de Cementerios e hijo del ex diputado nacional Antonio Isaac Guerrero. También hay otra carta de renuncia en el escritorio del intendente: la del titular de la Unidad de Coordinación y Ejecución del Programa Municipal de Economía Social y Agroecología, Eloy del Pino.
El destino de Guerrero se hizo explícito algunos días atrás, cuando el gobernador provincial interino Osvaldo Jaldo lo cobijó en su armado. “Se suma a las filas de este proyecto de peronismo que busca avanzar hacia un mejor futuro para todas y todos los tucumanos”, afirmó Jaldo en sus redes tras la reunión. De esta forma, Germán Alfaro comienza a ver cómo se hunde el barco de su gestión que no para de hacer agua por todos lados.