Si los Barones del Conurbano ostentan su “título nobiliario” basados en la permanencia en el poder, todos ellos deberían rendirle homenaje al intendente eterno: Miguel Ángel Negro, quien desde 1983 ininterrumpidamente conduce el municipio de Santa Catalina, en Córdoba. Lleva nueve reelecciones consecutivas, récord en el país, y quiere ir por un mandato más el año que viene.
Una re-re-re-re-re-re-re-re-reelección, término inédito en las enciclopedias políticas nacionales.
Negro, de 76 años, es afiliado al Partido Justicialista y tanto en la ciudad como en la política de Córdoba todos lo conocen por “Minino”, el apodo con el que lo bautizó su único hermano. En la escuela terminó el sexto grado, hizo el servicio militar obligatorio en Mendoza y después de ser concejal -interrumpido por la Dictadura militar-, hace 39 años asumió por primera vez como intendente.
Ganó esa elección por 21 votos y apenas entró a la Municipalidad llevó al contador del autoservicio “El Clavelito” -que abrió durante el gobierno militar- para manejar los números de Santa Catalina. Al igual que Negro, la ciudad que administra también es popularmente conocida por otro nombre: “Holmberg”, por la estación del ramal Río Cuarto-Villa Mercedes del ferrocarril San Martín.
Ubicada a 10 kilómetros de Río Cuarto, sobre la Ruta 8 y en el cruce con la 35, en Holmberg viven unos 8.000 habitantes y según los números del jefe comunal “el 99% del pueblo cuenta con agua potable, cloacas y asfaltos”.
Peronista criado en familia filo radical, “Minino” empezó a trabajar de adolescente. “Vió como eran los padres en ese entonces, o estudiás, o trabajás y a los 14 años fui empleado en ’Los vascos cazadores’, una tienda grande de Río Cuarto”, cuenta Negro a Clarín.
En ese local conoció otro empleado dos años mayor, que después llegaría a rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto y en política a diputado nacional, Alberto Cantero Gutiérrez. En su paso por el Congreso, Cantero que fue presidente de la comisión de Agricultura en la Cámara Baja al momento del conflicto entre el kirchnerismo y el campo por la resolución 125 de las retenciones móviles.
Raúl Alfonsín le dejó “una muy buena impresión”, a Carlos Menem lo vio en la Quinta de Olivos cuando fue a buscar dos ambulancias.
También conoció a Fernando De La Rúa, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. “A Cristina la vi cuando era senadora”, rememora el intendente que se casó a los 59 años con la directora de una escuela rural de Santa Flores, con quien no tuvo hijos. Siempre vinculado a la política, a “Minino” lo casó un intendente vecino, Gino Luchessi, de Las Higueras, dado que los jefes comunales pueden casar en Córdoba.
Hoy, Miguel Negro gobierna con 14 empleados municipales, no usa whatsapp, “el teléfono es para que llamen”, dice. Además, emparenta al Concejo Deliberante con la “comisión de fútbol de un club”. Es que los concejales no cobran sueldo desde 1983 y se reúnen dos veces por mes a las 21, después de sus otros trabajos.
“Cuando empezamos en el ’83 lo hicimos de esa forma, vió. Todos tienen trabajo, son gente que trabaja. El Concejo se reúne dos veces al mes, a la noche. Viene a ser igual que una comisión de fútbol, un club mejor dicho”, explica Negro. El Concejo tiene siete bancas, funciona en la Municipalidad, donde después de las últimas elecciones “Minino” cuenta con cuatro concejales propios y tres opositores.
“Ningún concejal, ni revisor del Tribunal de Cuentas cobra sueldo desde 1983. Solo el intendente y el secretario de Gobierno y Hacienda”, agrega Negro.
Durante la mayoría de sus 39 años cobró sueldo como intendente pero se jubiló hace seis años y percibe la jubilación. “Ya no cobro más sueldo, solo el secretario de Gobierno, que junto al intendente son los únicos dos de planta política en el municipio”, cuenta Negro. “Creo que es algo que no pasa en ningún lado. Hasta donde sé, mucho o poco en otros pueblos siempre cobran algo”, acota.
A diferencia de muchos municipios del país que cobran distintas tasas, que incluso pasaron de ser bimestrales a mensuales, en Santa Catalina la tasa se paga de manera anual. “Se llama tasa inmobiliaria y ahora cuesta $600 ahora. Se paga en marzo, más o menos. El año pasado era de $380 y este año $600.
-¿Con eso puede cubrir los servicios como la recolección de residuos?
-Todo, todo. Después pagan a la cooperativa el alumbrado público, un porcentaje de lo que gastan.
“Tenemos hotel, parque industrial, el 97% de asfalto, el 98% de gas, el 98% de cloacas, el 99% tiene agua y luz. Tenemos todos los servicios y asfaltado el pueblo. Hemos hecho un loteo de 106 terrenos y se vendió todo, la mayoría a gente de Río Cuarto. Dejé unos terrenos para un barrio y tenemos prometidas de Nación ocho casas. Hemos pedido 15 y nos dieron 8”, remarca Negro.
A Alberto Fernández lo conoció en la campaña electoral de 2019 y se muestra confiado en el Presidente por una promesa. Es la autovía que unirá a Holmberg con Río Cuarto. ” La autopista está por lo menos en un 60% ya hecha, la primera etapa que llega hasta el frente al Batallón y de ahí falta la segunda que pasa por atrás del pueblo”, asegura “Minino”.
Con el crecimiento del pueblo, se desarrolló de ambos lados de la Ruta 8 y ahora esperan una variante de la autopista para redireccionar el tránsito. “Antes estaba todo de un lado y ahora se nos ha extendido para el otro lado seis bulevares más. Cinco bulevares de este lado y seis del otro, en el otro tenemos el secundario y de este lado tenemos dos primarias y dos jardines”, señala el intendente.
En 2016, la Legislatura de Córdoba aprobó la Ley 10.406 que modificó el Código Electoral de la provincia. Así limitó a intendentes, concejales, tribunales de cuentas y legisladores a una sola reelección consecutiva. Esto representa una afronta para los intereses de “Minino”.
Sin embargo, al igual que en la Provincia de Buenos Aires, podría haber un artilugio que le permita presentarse una vez más. “Los datos que tengo parece que va a salir ahora fin de mes. Piden que no se tome ese periodo (2015-2019) y se cuente de 2019 a 2023 como el primero”, se ilusiona Miguel Negro.
“Había dicho ya públicamente que no quería saber más nada, pero tengo todos los días la gente acá que me pide que me presente”, asegura a los 76 años. Su esperanza integra unas 100 notas que intendentes de muchos municipios de Córdoba planean enviar a la Legislatura unicameral de Córdoba para que traten la modificación y contemplen un período más.
En un cordobés inconfundible, cuando “Minino” habla elecciones pondera que los votos siempre se cuentan de a uno. En 1973, cuando militaba para Obregón Cano (ex gobernador de Córdoba) y Julio “Cebolla” Mugnaini en Río Cuarto, fue elegido concejal por primera vez, pero perdieron la intendencia por 9 votos. Por eso se refiere a victorias holgadas cuando se impone por 300 o 500 sufragios en Holmberg.
Ahora, el hombre que en 1982 empezó a militar con José Manuel de La Sota y después con el ex diputado nacional Humberto Roggero, espera una señal de la Legislatura. Después del 4 de diciembre, cuando celebre los 77 años, buscará no solo reescribir su propio récord sino extender la leyenda del intendente eterno.