El Papa Francisco le envió una carta a las Madres de Plaza de Mayo tras la muerte de su histórica presidenta, Hebe de Bonafini.
“En momentos donde imperaba el silencio impulsó y después mantuvo viva la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia”, dijo el Papa.
Francisco y la militante por los derechos humanos construyeron una relación amistosa recién en la última década, tras la llegada del argentino al Vaticano. Antes, Bonafini era una asidua crítica del entonces cardenal Jorge Bergoglio.
Desde siempre, Hebe de Bonafini tuvo una relación beligerante hacia la Iglesia Católica. De hecho, en enero de 2008 llegó a conducir una protesta que tomó la Catedral porteña, templo a cargo del entonces arzobispo Bergoglio.
Hasta ahí, la situación no sorprende. Pero la polémica surgió luego, porque tras levantar la protesta, Hebe sostuvo: “Nos clausuraron los baños de la Catedral y tuvimos que improvisar uno, detrás del altar”.
La Catedral era considerada por el kirchnerismo como un centro neurálgico de la oposición a cargo de Bergoglio, que fue acusado por las Madres de cerrar con llaves los baños del lugar para lograr que los manifestantes depusieran su actitud.
“Esos baños sólo se abren para las procesiones y para ocasiones especiales, pero no son públicos”, fue la defensa de los voceros del Arzobispado.
Más allá de los hechos, la versión que trascendió es que las mujeres habían montado un baño propio con un balde y una lona a metros del altar. Eso produjo la indignación de los sectores eclesiásticos y católicos que hablaron de “profanación”.
Hubo cadenas de mails y cartas de lectores contra las acciones de las Madres en el templo y la inacción policial.
Poco después, Bonafini declaró: “Bergoglio dijo que a las Madres de Plaza de Mayo les permite todo. La verdad yo estoy recontenta. Así que yo voy a seguir puteando porque parece que Dios me perdona. Le voy a dar con todo”.
Bonafini tuvo múltiples expresiones contra la Iglesia Católica. Al fallecer el Papa Juan Pablo II expresó: “Nosotras deseamos que se queme vivo en el infierno. Es un cerdo. Aunque un sacerdote me dijo que el cerdo se come, y este Papa es incomible”.