El Frente de Todos por Tucumán (FdT), que lidera el gobernador Juan Manzur, le arrebató la capital provincial a Juntos por el Cambio (JxC), después de ocho años de gestión opositora en San Miguel de Tucumán, según los datos del escrutinio definitivo que anunció la Junta Electoral Provincial, con 1.346 mesas escrutadas, donde votaron 459.239 personas, el 82,29% del padrón electoral. Pero allí se vio un insólito corte de boleta.
Es que hubo 9.972 personas que votaron al candidato Roberto Sánchez como gobernador de JxC que cortaron boleta (el 6,14% de sus votantes) y la mitad de ellos votaron a Rossana Chahla, del Frente de Todos, como candidata a intendenta de San Miguel de Tucumán. Los resultados en la capital provincial fueron de 158.564 votos para Rossana Chahla (41,96% del total) y 152.359 (40,32%) que obtuvo Beatriz Ávila, según anunció la Junta Electoral Provincial.
“Fue un corte de boleta insólito. Hubo mucha plata de Chahla y del gobierno provincial para que nos arrebataran la Capital, con un sistema clientelar que hace mucho no se veía por acá. Tenían que ir a votar antes del mediodía y llevar los troqueles, con la foto de la boleta para que les paguen el voto”, acusó un dirigente de Juntos por el Cambio, mostrando que continúan sangrando por la herida.
Lo cierto es que no pueden digerir que hubo una fuerte desaprobación a la gestión municipal de Germán Alfaro, que además puso a su esposa para que lo suceda, mientras él iba de candidato a vicegobernador. si bien perdieron por más de 20 puntos a nivel provincial, en la Capital consiguieron 162.331 votos (42,93% del total) y le ganaron allí a la fórmula del Frente de Todos por Tucumán, encabezada por Osvaldo Jaldo, que tuvo 152.432 votos (40,31%).
Esos 2,62 puntos de diferencia que tuvo JxC en la boleta para gobernador en la capital provincial, se revirtieron en la candidatura para intendente de la Capital y pasaron a ser 1,64 puntos en favor de Rossana Chahla. Lo más extraño fue que ese corte de boleta lo hizo el votante de Juntos por el Cambio, en beneficio del Frente de Todos, ya que el resto de las fuerzas políticas mantuvo casi sin variantes sus mismos porcentajes en ambos cargos.
En ese marco, analizando sobre que llevo a que Junto por el Cambio pierda la intendencia, Enrique Romero sostuvo que no esperaban la traición por parte del radicalismo, “nosotros detectamos que hubo muchos cortes de boleta dentro del espacio de Silvia Elías de Perez y de Canelada, y en el circuito 16 hubo cortes de boletas por parte de Carlos Arnedo, que es funcionario de la actual gestión de Alfaro. Ellos nos traicionaron”, concluyó.
La púnica verdad es la realidad y la misma indica que el motivo fundamental para el corte de boleta en favor de Rossana Chahla fue que era una excelente candidata para el electorado independiente y Beatriz Ávila no. A Chahla se la conoció por su gestión como ministra de Salud provincial, por su honestidad y por no estar mezclada en el barro amargo de la política. Sus 20 años de gestión en salud pública y su trabajo en la pandemia le valieron un fuerte reconocimiento.
Ya lo dijimos anteriormente. Y es que a un electorado independiente como el de la capital tucumana no le gusta el nepotismo y los tránsfugas… Y Alfaro y Ávila lograron juntar esos dos cables para electrocutarse, ya que Alfaro era un peronista que se sumó en la gestión de Alperovich y luego mudó a Juntos por el Cambio, mientras que Ávila es su esposa, que había asumido como diputada en Juntos por el Cambio y a fines de 2019 se fue del bloque, cuando Macri salió a cuestionarla y la acusó de traición.
En definitiva, una ciudad detonada como lo es la capital tucumana terminó siendo determinante para que de una vez por todas el vecino le soltara la mano a una intención de perpetuarse en el poder por medio del nepotismo de Germán Alfaro y de Beatriz Ávila. Mal que le pese a Enrique Romero y por más que insistan en culpar al radicalismo, el mismo que está a poco más de un mes de propinarle el golpe definitivo al intendente en las PASO de la mano de Mariano Campero.
