Pocas horas después del sepelio de Vicky, como era conocida por sus seres queridos, su madre publicó un sentido mensaje. Lis Claverie, en su cuenta de Facebook, posteó un conmovedor poema del célebre poeta y dramaturgo español Miguel Hernández. Elegía a Ramón Sijé fue la obra que eligió Claverie para expresar todo su dolor por la muerte de su hija.
Hernández escribió estas palabras en dedicatoria a su amigo de la ciudad de Orihuela, tras su muerte repentina, que representa un grito desesperado hecho memoria.
Claverie encabezó el mensaje bajo el título “Mi pequeña hija ha muerto” para luego subir el texto completo del autor ibérico.
“Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañera del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos, mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento”, indican las primeras estrofas del poema.
“No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada”, “Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes” y “Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte”, indican otros fragmentos que reflejan de manera cruda el momento que está atravesando la mamá y toda la familia de Victoria tras su repentina partida.
Hay que mencionar que según la prensa puntana, en este caso La Gaceta Digital indicó que la esposa del Puma Domínguez era portadora de “un dengue grave”. Al mismo tiempo, el medio de San Luis que brinda información de toda la región confirmó que el Ministerio de Salud de la provincia fue el encargado de reportar el fallecimiento de la mujer de 33 años, que contrajo la enfermedad durante su estadía en la ciudad de Buenos Aires.
Según indicó el reporte que se difundió, una vez que la pareja del golfista llegó a su lugar de residencia, “la paciente realizó la primera consulta en la provincia en el Hospital de Juana Koslay luego de haber sufrido dos episodios de lipotimia (desmayos)”, informaron. “Se inició un tratamiento de hidratación endovenosa y se gestionó su traslado al Hospital Central “Doctor Ramón Carrillo” en una ambulancia”, agregó el texto sobre su muerte.
“En el Hospital Central recibió todos los tratamientos médicos correspondientes para este diagnóstico, pero lamentablemente no respondió positivamente”, concluyó el comunicado del Ministerio de Salud provincial.
Hay que recordar que Emilio Domínguez estaba en el exterior siendo parte de un torneo del PGA Tour Americas cuando se enteró que su esposa estaba en estado crítico luego de las complicaciones que tuvo tras contraer dengue. El Puma tuvo que retirarse durante la segunda ronda del Totalplay Championship at Atlas Country Club en Guadalajara, México.
“La salud de Victoria se deterioró con tal rapidez, que falleció mientras el Puma realizaba el viaje de más de 7.000 kilómetros de regreso a casa”, indicó la información de la página que nuclea a los mejores jugadores del circuito americano.
Si bien el campeonato en la ciudad mexicana continúo, los organizadores junto al resto de los jugadores utilizaron una cinta negra en sus gorros e indumentaria por la dramática situación que vivió el puntano junto al resto de su familia y la de su fallecida esposa.
“Estamos en shock. Esta es una gran tragedia”, dijo Rafael Echenique, quien creció jugando con Domínguez en el San Luis Golf Club de su ciudad natal. “Hay que pedir a Dios por él y su familia para que se mantengan fuertes y puedan llevar este durísimo momento de la mejor manera posible”, agregó el golfista argentino amigo del Puma en diálogo con el sitio oficial de PGA Tour Américas,según publica Infobae.
El sentido mensaje de la madre de Victoria De La Mota Claverie
Mi hija pequeña ha muerto.
«… Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañera del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas y órganos, mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañera del alma, compañera».
Elegía, Miguel Hernández.