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La Corte Suprema declaró culpable a un ex funcionario de José Alperovich por abusar de su nieto

La Corte Suprema confirmó la culpabilidad de Guillermo “Memo” Ernesto Gray, ex director de Obras Públicas de Tafí del Valle, bajo el gobierno de José Alperovich, acusado de abusar sexualmente de su nieto.

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Han pasado 10 años de la denuncia, el abuelo acusado es Guillermo Ernesto Gray, “Memo”, denunciado por Nicholas por abusar sexualmente de su hijo. Gray, que hoy tiene 67 años, en ese momento era el director de Obras Públicas de Tafí del Valle, en Tucumán, bajo el gobierno de José Alperovich, hoy también condenado por el abuso sexual de su sobrina segunda a 16 años de prisión.

Pero Nicholas no olvida: “No puede ser que la justicia de Tucumán haya demorado más 10 años para aceptar que las palabras de mi hijo eran la verdad. Ya es otra persona él”. La denuncia, vale aclarar, fue radicada el 14 de abril de 2014.

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El 27 de agosto, cuando faltaba apenas un día para que una resolución que la Corte Suprema de Justicia de la Nación anulando lo actuado por sus pares de la provincia de Tucumán cumpliera un año, los tres magistrados que integran la Corte Suprema de Tucumán, Daniel Leiva (su presidente), Antonio D. Estofán y Daniel Oscar Posse, emitieron una resolución que echa por tierra el recurso de casación que Gray interpuso contra la sentencia dictada en su contra el 18 de mayo de 2021 por la Sala I en lo Penal Conclusional por “abuso sexual agravado por el vínculo y la relación de convivencia preexistente”. Era el último escollo que restaba para que regresara a la cárcel.

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La resolución de la Corte Tucumana es demoledora. Provoca náuseas. Dice que tiene “por acreditado y bien probado que en días no identificados, alrededor de la fecha de la denuncia (14/04/2014), el Sr. Guillermo Ernesto Gray abusaba de su nieto B. con tocamientos deshonestos de índole sexual, según expresó repetidas veces el menor (‘Nemo me mete el dedo en el culito’). Esto provocó un despertar de la sexualidad prematura e incompatible con la edad del niño. Para lograr estos tocamientos, el acusado se valía de su autoridad de abuelo, impuesta por su superioridad física, y maltratos (que el acusado llamaba correctivos) como asimismo de la convivencia con él”.

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En la misma, reprodujeron parte de las entrevistas en Cámara Gesell con B. Allí, el niño señaló que “Memo” le apretaba el brazo y y la cara, y le pegaba en la mano. También contó que “me metía el dedo en el culi…”. Además, lo amenazaba: “Me decía que si me por mal me va a llevar a ver los volcanes”, “hasta que aparezcan los volcanes y va subiendo el agua y explotan y me dan miedo…”

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También hicieron un extracto del testimonio del doctor Gustavo Adolfo Gandur, que atendió a B. y lo describe como “muy curioso, brillante, muy inteligente”. Y agrega que los moretones que presentaba no eran producto de caídas, “eran circulares, opresivos y procedían de estrangulación del brazo”. También indicó que observó una dilatación del esfínter con coloración rojiza, a partir de examinar a B. luego que éste refiriera la misma acción de abuso sexual de su abuelo que había contado en Cámara Gesell.

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Historial de abusos

Los hechos denunciados por el padre de B. sucedieron en Tafí del Valle entre abril de 2013 y abril de 2014. El padre notó marcas de golpes en su hijo cada vez que regresaba de la casa del abuelo. Por increíble que parezca, la madre de B. estuvo todo el proceso a favor de su padre, Gray, y partició en forma activa de su defensa.

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Las pruebas contra Gray fueron numerosas. Además de los signos compatibles con abusos que verificaron el Hospital de Niños de Tucumán, los médicos forenses de la Policía en abril de 2014 y una pericia médico-legal a cargo del perito Pascual Rousse que comprobó las lesiones en las partes íntimas.

El propio B. un niño, se defendió como pudo. En un audio que se conoció en 2017 -cuando tenía 7 años-, pidió que no lo vincularan más con su abuelo: “Ayer por la noche me enteré de que la jueza ordenó que vuelva a Tucumán por una visita. No, no quiero eso. (…) Memo es una persona muy mala. Me hacía cosas muy malas. Me retaba, me metía el dedo en la cola, me apretaba el brazo, me ponía de plantón, espantoso. Por eso me quiero quedar a vivir con mi papá”.

En estos 10 años que pasó con temor de encontrarse cara a cara con su abuelo en la calle, el Poder Judicial no lo ayudó. Fue citado 37 veces a declarar. El abogado querellante, Dr. Juan Pablo Gallego —el mismo que actuó contra Julio César Grassi—, fue contundente: “lo revictimizaron incansablemente”.

El propio B. envió una carta escrita de puño y letra en la que expresó su molestia: “Me enojó bastante que me sigan llamando después de que ya me hayan llamado miles de veces y cada vez que voy ni siquiera me escuchan o no les importa mi opinión. Yo ya dije mil veces lo que me hizo mi ex abuelo”.

El caso pareció resolverse el 4 de mayo de 2021, cuando la Sala 1 de la Cámara Penal condenó a 10 años de prisión a Gray. Pero en vez de ir a una cárcel común, quedó detenido en la Comisaría de Barrio Norte de Tucumán durante los primeros seis meses. Luego fue trasladado a la penitenciaría.

Sin embargo, el 27 de diciembre de 2021, la defensa de Gray interpuso un recurso de Casación. Y la Sala en lo Civil y Penal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán (con los mismos integrantes que ahora la componen) declaró nula la sentencia condenatoria. Además, le pidió a la Cámara Penal del Centro Judicial Capital que dictara un nuevo pronunciamiento. Pero no lo hizo por el pedido de casación de la defensa de Gray sobre la cuestión de fondo -el abuso sexual- sino “porque la sentencia exhibe un vicio grave e insubsanable que la descalifica… al inobservar una formalidad esencial de su estructura”. Según ellos, uno de los tres jueces del tribunal que condenó a Gray, Emilio Páez de la Torre “omitió expedirse sobre la calificación legal y la pena aplicable al imputado”. A partir de ese momento, Guillermo Ernesto Gray —vale reiterar: un hombre condenado por abusar sexualmente de su nieto— volvió a las calles en libertad.

Luego de ese cachetazo a la justicia, B. escribió una carta fechada el 22 de marzo de 2022: “Me enteré que quieren que no valga el juicio del año pasado y que se haga todo de nuevo. Eso me hace sentir horrible. Desde hace muchos años que estuve esperando que se haga ese juicio y que él (Memo) vaya a la cárcel. Odio tribunales porque casi siempre recibo cosas malas de ahí y no puedo creer que lo quieran deshacer. También me enteré hoy que los mismos jueces de la corte dijeron que lo dejen libre sabiendo todo lo que hizo…”

Y añadió: “Quiero que me ayuden todos los que puedan ayudarme acá en Argentina y también en Estados Unidos, porque me dieron la ciudadanía y fueron muy buenos conmigo. Espero que me puedan ayudar porque ya quiero olvidar todo esto y vivir tranquilo”.

El dr. Gallego, como respuesta a la decisión del supremo tribunal provincial, interpuso un recurso de queja que la justicia tucumana desestimó en forma “bastante arbitraria”, según él. Acto seguido, recurrió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y lo hizo con el apoyo de la doctora Marisa Grahan; el Comité Argentino de Derechos del Niño, presidido por Estela Carlotto; el Ministerio de Justicia de la Nación y el Observatorio de Víctimas de Delitos. La Corte derivó el tema al Procurador General, dr. Eduardo Casal, que destrozó los argumentos del tribunal tucumano: “En particular cabe poner de relieve el deber de los jueces de adoptar las medidas que resulten adecuadas para moderar los efectos negativos del delito y procurar que el daño sufrido por la víctima no se vea incrementado como consecuencia del contacto con el sistema de justicia…”.

La falta de respuesta de la Corte Suprema de Tucumán escaló hasta Estados Unidos. Cabe recordar que B. tiene ciudadanía estadounidense por parte de Nicholas, su padre. La embajada de los Estados Unidos tomó cartas en el asunto y envió una nota -diplomática pero firme- fechada el 1 de febrero de 2024 al Ministerio de Relaciones Exteriores que encabeza Mondino: “La Embajada acompaña las inquietudes de la Defensora de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes y otros organismos argentinos en cuanto a las largas demoras en búsqueda de justicia y responsabilidad por el delito cometido. La Embajada respetuosamente expresa su interés en este caso y confía en que la Excma. Corte Suprema de Justicia de Tucumán facilite la aplicación de justicia al tiempo de garantizar la protección de los derechos y bienestar del niño ciudadano estadounidense”

Finalmente, la justicia se rindió a la contundencia de los hechos. Según subrayó el Dr. Gallego a Infobae, “acá se barajó de alguna manera, favorecer a Gray. Lo bochornoso fue el fallo anterior de la Corte Suprema de Tucumán, porque con una picardía omitieron tratar el fondo de la cuestión y anularon el juicio en función de que uno de los jueces tuvo incompleto su voto. Estaban llevando a la impunidad a Gray. No esperaban que la Corte Suprema de la Nación aceptara la queja, ni que el procurador Casal hiciera un dictamen tan fuerte”.

Ahora, explica, sólo resta “la mera orden de detención que debe liberar la Sala 1 de la Cámara Conclusional, el órgano que tiene competencia para hacerlo. La defensa de Gray podría pensar en apelar al a Corte Suprema de la Nación, pero habrá que ver si es procedente. Lo que sí, en el interín, Gray deberá purgar la pena en prisión”. 

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