Lo obtuvo en consonancia con los bloques Pro, parte de la UCR, la Coalición Cívica (CC) y Encuentro Federal, quienes priorizaron el objetivo de que el año próximo se erradique la tradicional papeleta partidaria. Para lograrlo, aceptaron la modificación introducida por el Senado, que eliminó en el diseño de la boleta única el casillero de la “lista completa”, que permite, al marcarlo, elegir a todos los candidatos, y en todas las categorías, de un mismo partido. Ese casillero es resistido por los gobernadores con partidos provinciales que no suelen competir por la presidencia y no quieren verse perjudicados por el arrastre que generan los frentes nacionales.
La Constitución Nacional exige que para sancionar una reforma electoral se necesita una mayoría absoluta del total de cada una de las Cámaras. En diputados, requiere de 129 voluntades, sin excepción.
Si bien en la Cámara baja existe una amplia mayoría –constituida principalmente por los diputados no kirchneristas que representan a la provincia de Buenos Aires– que está de acuerdo con incluir la posibilidad de tildar un casillero para elegir todas las categorías de un mismo partido, cedieron ante la advertencia del bloque Innovación Federal –que responde a los oficialismos de Misiones, Río Negro y Salta–, que anticiparon que si se modificaba el texto del Senado no darían quorum, en consonancia con el kirchnerismo, que rechaza de plano el proyecto.
“No vamos a poner en riesgo la BUP”, reaccionó un referente del bloque que preside Miguel Ángel Pichetto tras salir de la cumbre celebrada en el despacho del presidente de la Cámara baja, Martín Menem. Esta reunión fue justo antes del plenario de comisiones, donde se logró un despacho de mayoría con 67 firmas, 14 de ellas en disidencia parcial. Consideran que, como en la próxima elección no se elegirán cargos ejecutivos, no tendrá tanta injerencia la ausencia del casillero de lista completa.
“Costó mucho destrabarla [a la BUP], es un esfuerzo de todos, un esfuerzo de muchas provincias que tienen gobiernos provinciales y que tienen, en algunos casos, mejor calidad institucional que el resto del país. Se está destrabando, por ahí no de la manera que quieren todos, pero nosotros hoy firmamos el dictamen y aceptamos la media sanción del Senado”, señaló Juan Manuel López, de la Coalición Cívica.
A pesar de la fumata blanca entre el oficialismo y parte de los dialoguistas, hay legisladores que no se darán por vencidos. “Vamos a insistir con el botón de lista completa”, adelantó la diputada radical Carla Carrizo (CABA). Como ella, otros referentes del compendio mayoritario apuestan a sentar su posición en el recinto así como a volver a la carga con la posibilidad de incluir esta opción durante la sesión de mañana.
“Nos quedamos con sabor a poco con este dictamen. Nos parece fundamental insistir con la inclusión del casillero para elegir la lista completa”, sumó Karina Banfi, de la UCR, quien exigirá en la votación en particular la incorporación de este “botón”.
Si bien una significativa porción del radicalismo acompaña a Banfi y Carrizo, el fiel de la balanza lo inclinará Unión por la Patria (UP). El kirchnerismo rechaza de plano la implementación de la BUP, pero podría apoyar la incorporación del casillero de “lista completa” para que el elector pueda seleccionar todos los cargos de una lista partidaria. Sería un “premio consuelo” ante la imposibilidad de frenar la reforma.
“Llegado el caso vamos a votar la opción de boleta completa”, anticipó una referente del kirchnerismo. En la misma línea, Germán Martínez, líder de UP en Diputados, dictaminó: “Aunque quedemos solos en este plenario y en el recinto, a los partidos políticos en la Argentina nosotros los vamos a defender igual. No es casual que cuando hay proyectos que tienden a la disolución nacional en la Argentina, planteen una reforma que apunta a la fragmentación del sistema de partidos”.
“La coexistencia de diferentes métodos de votación (boleta única y tradicional) puede complicar el proceso electoral y complicarle la vida a los votantes”, afirmó por su parte la diputada Victoria Tolosa Paz, en alusión a las provincias que conservan el sistema de boleta partidaria, como Buenos Aires, y suelen elegir a sus representantes el mismo día que la elección nacional.
La eliminación del casillero de lista completa erradicaría casi por completo el “efecto arrastre” de la papeleta partidaria. Los que defienden su incorporación señalan que, de no existir, el voto en blanco para las categorías inferiores será muy elevado. Temen que el votante considere que la selección de la opción nacional sea suficiente y no tilde el resto de las cajas. Argumentan que en Mendoza, una de las provincias que se implementó este sistema, el 85% optó por la opción de lista completa en la última elección.
En el Senado, el oficialismo accedió a quitar esta opción a instancias de los alfiles legislativos de los gobernadores Alberto Weretilneck (Río Negro) y Hugo Passalacqua (Misiones), quienes especulan con que el “efecto arrastre” los perjudique. En Diputados, estos dos mandatarios provinciales están representados por el bloque Innovación, presidido por la salteña, Pamela Calletti, aliada del gobernador Gustavo Sáenz (Salta).
Los libertarios priorizan la sanción de la ley y ponen en un segundo plano la letra chica de la norma. Cerca del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, señalan que apoyarán el texto que se sancionó en el Senado para evitar inconvenientes con los gobernadores.