Comenzó noviembre y los bancos esperan una demanda de dólar ahorro similar a la de octubre, y es que esta semana será una prueba de fuego que deberá enfrentar el Gobierno a la hora de lograr conservar las reservas del Banco Central. Cabe destacar que el mes pasado la compra del dólar ahorro implicó una demanda de divisas al Banco Central por USD 180 millones, por lo que se espera que esta semana la gente se vuelque nuevamente por la divisa norteamericana.
Al mismo tiempo, durante el transcurso de esta semana se pondrán a una prueba fuego también las expectativas de devaluación. Y es que al estimar que el dólar oficial será más elevado, los exportadores prefieren no vender y los importadores, adelantar todas las compras posibles. Y de esta manera, cubrirse ante un posible salto del tipo de cambio oficial. Es por ello que será clave ver qué sucederá con el valor del dólar que expende el BCRA.
Además, por el lado de la demanda, los dólares que ingresan a causa de las liquidaciones del campo no son suficientes para acumular reservas. Es por ello que las reservas líquidas con las que contaría en Banco central estarían en torno de los USD 2.100 millones en negativo. Esta expectativa devaluatoria que hace crujir en parte los engranajes de la economía, creció con fuerza con el ensanchamiento de la brecha cambiaria.
En ese sentido, los analistas financieros explican que a mayor brecha, más difícil es frenar la sangría de reservas y contener las presiones cambiarias. A la vez, más brecha es más volatilidad e incertidumbre sobre el futuro de la economía y menos consumo e inversión. Por lo tanto, será casi imposible reactivar la economía con una brecha de tres dígitos, y será casi imposible bajar esta brecha sin pagar algún costo.
En el Gobierno lo saben, y es por eso que sacaron todas las herramientas posibles la semana pasada para intentar bajar la cotización de los dólares paralelos. En ese sentido, lograron que el dólar blue o clandestino retrocediera unos $26 de $195 a $169. El denominado Contado con Liquidación (CCL) retrocedió $34 en seis ruedas hasta los $147,70 y el conocido como dólar Bolsa o MEP cayó un total de $12 hasta descender a los $143.
De esta manera, a fuerza de controles, el Gobierno consiguió una tregua en el frente cambiario, pero aún resulta insuficiente. Y es que con una brecha que continúa arriba del 90%, cualquier esfuerzo por equilibrar el mercado de divisas terminará en fracaso. Es por ello que el objetivo es aprovechar este descanso en medio de la crisis cambiaria para dar señales que ayuden a mejorar las expectativas económicas del mercado y de la gente.
En una situación tan delicada, la decisión de no devaluar no puede ser sólo declamativa. Hay que ayudarla con señales, un rumbo claro y hechos concretos. En este contexto, la única certeza es que el tiempo apremia y diciembre está a la vuelta de la esquina y habrá que llegar de una manera más ordenada para no sufrir los típicos sobresaltos de fin de año, un clásico de las crisis argentinas, profundizada por la pandemia y la cuarentena.