La campaña del candidato republicano, el presidente Donald Trump, anunció hoy que solicitará “inmediatamente” un recuento de los votos del estado de Wisconsin, determinante para dilucidar quién será el próximo mandatario de Estados Unidos.
Pero según la ley de ese estado, una campaña no puede solicitar dicha medida hasta que la Comisión Electoral de Wisconsin complete el escrutinio de las juntas electorales del.
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“Ha habido informes de irregularidades en varios condados de Wisconsin que plantean serias dudas sobre la validez de los resultados”, dijo Bill Stepien, gerente de campaña de Trump, en un comunicado.
“El presidente está dentro del umbral para solicitar un recuento y lo haremos de inmediato”, afirmó.
Poco antes, Trump había vuelto a agitar el fantasma de fraude electoral al publicar en su cuenta personal de Twitter que en algunos estados clave su ventaja estaba “desapareciendo” con el paso de las horas y acusó a las demócratas de robarle votos.
“Están trabajando duro para hacer desaparecer la ventaja de 500.000 votos en Pensilvania, lo antes posible. ¡Del mismo modo, Michigan y otros!”, había publicado el magnate republicano antes de que la red social quitara su mensaje por considerarlo potencialmente “engañoso”.
En la cuenta de Twitter de la campaña republicana, se hicieron también eco de estas acusaciones y aseguraron que es sólo una cuestión de tiempo antes de que los demócratas “intenten robar las elecciones y manipular los resultados”.
Las dudas sobre un supuesto fraude y las amenazas de acudir a la Corte Suprema para impugnar los resultados comenzaron esta madrugada, cuando Trump se declaró ganador de las elecciones pese a no conocerse aún los resultados finales.
“No queremos que siga la votación”, aseguró el mandatario en referencia a los votos por correo que, por la pandemia, aún reciben algunos estados clave para definir el resultado final.
“Es un momento muy triste, una vergüenza para el país”, concluyó en un mensaje difundido desde la Casa Blanca, rodeado por su familia y su vicepresidente y compañero de fórmula, Mike Pence.
En un breve pero cargado discurso, Trump aseguró que su campaña se estaba “preparando para festejar la victoria, pero de repente todo se detuvo”.
Pese a que aún no concluyeron los escrutinios en siete estados clave, el mandatario se mostró convencido de que ganó en al menos cinco de ellos.
Sin explicar la relación, vinculó este retraso -que en muchos estados ya había sido anunciado por las autoridades por la cantidad de votos por correo- y acusó a la oposición demócrata de estar cometiendo “un fraude enorme”.
“Sabían que no podían ganar y yo lo avisé. Esto es un fraude, ganamos esta elección. Iremos a la Corte Suprema”, aseguró Trump.
Poco antes, había lanzado una denuncia similar por Twitter: “Estamos arriba por mucho, pero están tratando de robarnos la elección. Nunca dejaremos que lo hagan. ¡No se pueden emitir votos una vez que las mesas se cerraron!”
Casi de inmediato, la empresa Twitter adhirió una advertencia al mensaje del candidato a la reelección: “Alguna parte o todo el contenido compartido en este tuit ha sido objetado y puede ser engañoso en relación a cómo participar en una elección u otro proceso cívico.”
Las palabras de Trump se conocieron apenas minutos después de que su rival electoral, el exvicepresidente demócrata Joe Biden, se dirigiera a sus simpatizantes en su bunker en Delaware y les pidiera “paciencia” para esperar los resultados mañana “o quizás unos días más”, y se mostrara optimista frente a los resultados parciales conocidos hasta ahora.
Trump ha seguido el escrutinio desde la Casa Blanca en Washington, la capital, pese a que el búnker principal de su campaña se encuentra en la vecina Virginia.
Con un mapa electoral aún incompleto, Biden encabeza el recuento de electores con 225. Sin embargo, no solo está lejos aún de los 270 que necesita para ganar el Colegio Electoral, sino que algunos escrutinios parciales en estados clave dibujan un escenario un poco más favorable para Trump.