Las internas dentro del Gobierno parecen infinitas, luego de que trascendiera la noticia acerca de que el presidente Alberto Fernández pusiera una nueva fecha al ajuste tarifario. Y es que su anuncio sorprendió a las empresas de gas y electricidad que vienen discutiendo con la Secretaría de Energía las opciones para el descongelamiento a partir del mes próximo, tal y como lo planificó su propio ministro de Economía, Martín Guzmán.
A contramano de las afirmaciones públicas del funcionario y de las expectativas del sector, que esperan en diciembre el vencimiento del decreto que impide aumentar los precios de la luz y el gas, Alberto Fernández ratificó que no habrá aumentos este año y anticipó que a partir de marzo se comenzará a estudiar la revisión de las tarifas. Y es que parece que en el oficialismo tomaron nota acerca del golpe al bolsillo que representaría el tarifazo.
Cabe mencionar que ya el interventor del Enargas, Federico Bernal, había anticipado hace tres semanas las dificultades para corregir los valores de la energía a partir de diciembre, debido al tiempo que insumiría cumplir con el proceso previo obligatorio de audiencias públicas. En definitiva, no es más que abrir el paraguas antes de tiempo, mucho más teniendo en cuenta que el año que viene será electoral.
De esta forma, la afirmación presidencial siembra nuevas dudas, no sólo entre las empresas sino también sobre el propio Presupuesto 2021 aprobado esta semana en el Congreso en el que, si bien se prevé un aumento real del monto destinado a los subsidios, se establece mantener la misma relación que este año respecto del PIB. En ese sentido, el ministro de Economía, aclaró que pretende permitir aumentos de tarifas que acompañen la inflación.
El problema es que en el Gobierno se encendieron las alarmas teniendo en cuenta que todos los analistas coinciden en el hecho de que la inflación del año que viene será mayor a la de este año. Esto se debe a que desde fines del 2019 el valor de los servicios se encuentra planchados, por lo que el año que viene, en caso de acompañar a la inflación, sufrirían un abrupto incremento que dificultaría el pago por parte de la sociedad en medio de la crisis económica.
De parte de las compañías, tanto distribuidoras de gas como de electricidad, no ocultaron su desconcierto por las declaraciones presidenciales. Y es que ahora proyectan el peor de los escenarios: si tampoco en marzo se logra avanzar en una revisión tarifaria, se habrá perdido la última oportunidad del año 2021 ya que difícilmente, advierten, se avance en un esquema de recomposición a medida que se acerquen las elecciones legislativas.
De esta manera, el oficialismo se encerró solo en su propio laberinto, debido a que una de las exigencias del FMI, pasa por el hecho de reducir el peso específico que tienen los subsidios a los servicios de energía de luz, agua y gas. A eso se comprometió con el organismo internacional el propio Martín Guzmán, pero tal parece que a la coalición gobernante, no le estaría cerrando el tarifazo en medio de un año electoral.