El cupo de ingreso a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) fue respaldado ayer por el Consejo Directivo. Los 11 integrantes de los seis estamentos (profesores titulares; profesores asociados y adjuntos; docentes auxiliares; no docentes; estudiantes; y egresados) rechazaron, de manera unánime, los cinco expedientes presentados por padres de aspirantes en contra del examen de ingreso y una cifra tope de nuevos estudiantes por año.
Los argumentos formales de la decisión del Consejo Directivo quedarán plasmados en un documento que estará disponible los próximos días. Extraoficialmente, sin embargo, fuentes que participaron de la reunión adelantaron que los consejeros aprobaron el informe presentado por el Decanato y que consideraron que el sistema de admisión y de examen de ingreso tiene fundamentos morales, basados en la Ley 26.529 (Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud). Además, opinaron que el sistema actual no sólo no se incumple con los aspectos legales, sino que extrema los medios para garantizar la máxima calidad posible.
Moción y descontento
La sesión extraordinaria se extendió por cinco horas y estuvo encabezada por el decano Mateo Martínez, y secundada por la vicedecana Liliana Tefaha. Cuatro horas del encuentro se desarrollaron de manera privada tras una moción del docente auxiliar Pedro Sánchez, que fue respaldada de manera unánime. Esta decisión fue duramente cuestionada por los manifestantes. “¿Por qué no podemos escuchar la reunión si estamos en democracia? ¿Qué es lo que están escondiendo?”, expresaron desde los pasillos, donde los ánimos se caldearon.
El encuentro comenzó con expresiones de solidaridad para con el decano de parte de padres y consejeros, debido a las intimidaciones que sufrió su familia el fin de semana. El Consejo aceptó cederle la palabra a Fernando Velloso Colombres, vocero de los padres. El doctor insistió con que la Facultad de Medicina incumple con la Ley de Educación Superior (Nº 24.521), que establece que el ingreso debe ser libre e irrestricto. “Nuestros hijos están sufriendo, están con tratamiento psicológico. Esto se ha transformado en un problema familiar”, expresó.
Antes de que la sesión se volviera secreta, Martínez recordó que el sistema con examen de ingreso se implementó hace 30 años, y que hace 15 que existe un cupo. Y remarcó que la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) evaluó cuatro veces al programa de ingreso y en dos oportunidades al cupo. “Esta carrera y esta facultad no carece de sensibilidad social”, afirmó. Además, recordó que el cupo total de ingreso siempre osciló entre 200 y 250. Además, dijo que actualmente, contando las vacantes que hay disponibles para estudiantes en otras provincias del NOA, se totaliza 380. “Se ha duplicado en 15 años la capacidad de ingreso”, defendió.
Planteos
Mientras el Consejo Directivo trataba los cinco expedientes entre cuatro paredes, en el patio de Medicina padres y aspirantes que sacaron más de 60 puntos en el examen pero que no pudieron ingresar (el cupo de este año en Tucumán fue de 291) manifestaban su enojo.
“No vamos a claudicar. Queremos que nos explique cuáles son los motivos por los que nuestros hijos no pueden estudiar”, exclamó la manifestante Miriam Saglimbeni desde un megáfono. Con una batucada de fondo, desafió: “si hace falta, estamos dispuestos a llegar a la Corte Suprema. Haremos la denuncia penal que sea necesaria. Voten a conciencia, pero dentro del marco de la ley. Lo peor es sentir que los consejeros que son alumnos no están a favor de sus pares”.
Otras madres, en tanto, explicaban que sus hijas e hijos lograron entre 75 y 82,16 puntos, pero que no pudieron ingresar a la carrera porque este año el piso fue de 82,82. “Mi hija rindió dos veces y no pudo ingresar. Ahora me dice ‘no me queda otra que ir a Córdoba para cursar la carrera’”, relató Silvia Vignoli. Gladys Olmedo, en tanto, insistió con que el cupo es una ilegalidad. “No pedimos nada, queremos que se cumplan nuestros derechos”, argumentó.
Vignoli y Olmedo, al igual que las madres Mariana Segovia y Olga Sánchez, criticaron también que se les haya cobrado $ 1.000 como derecho de examen a los más de 1.100 aspirantes que rindieron. “¿Qué va a pasar con el dinero de los que no ingresaron?”, cuestionaron.
Carlos Romero, que se identificó como tío de uno de los aspirantes, contó que fue dirigente estudiantil y ex funcionario de la Facultad de Medicina. Consideró que el movimiento estudiantil tiene que estar del lado de los alumnos. “La facultad tiene que tomar una decisión definitiva”, opinó.
Luego de la sesión extraordinaria, Martínez defendió una vez más el sistema de ingreso y afirmó que los números lo avalan. Dijo que la tasa de egreso en la carrera de Medicina de la UNT oscila entre el 90% y el 95%, mientras que en otras provincias universidades que tienen ingreso libre, como en la Universidad de Buenos Aires (UBA), la tasa cae al 25%.
El Consejo Directivo está conformado por Silvia Fontanela de Petrino y María Ester Etcheverry (por los Profesores Titulares); Federico Brahin y Margarita Vece de Reynaga (por Asociados y Adjuntos); Sánchez y María Ester Egües (Auxiliares); Marcos Salvatierra (No Docentes); José Santos Bulacios, Marta Mariana Giménez y Alan Nahuel Gutiérrez (Estudiantes) y Jaime Kaen (Egresados).
Las claves del caso
1. Unos 1.150 aspirantes a la carrera de Medicina rindieron el examen, pero sólo ingresaron 291 debido a la existencia de un cupo.
2. Padres de aspirantes que aprobaron con 60 puntos pero que no ingresaron consideran que a sus hijos se los discrimina y que es ilegal.
3. Alegaron ante la UNT que Medicina incumple con la Ley de Educación Superior, algo que fue rechazado ayer por el Consejo Directivo.